El libro de los récords Guinness de este año incorpora al perro más grande del mundo. Zeus es un dogo alemán,
el más alto, un gigante canino tan desproporcionado como bobalicón, al
estilo de su raza, cuya mejor arma es su descomunal tamaño.
Con
solo tres añitos, fruto de la genética y probablemente de una
alimentación adecuada, Zeus ha alcanzado el récord con 111,76
centímetros desde el suelo hasta el lomo. Si el animal, nunca mejor
dicho, se sitúa erguido sobre sus patas traseras, alcanza una altura de
2,14 metros, casi lo mismo mismo que el jugador de baloncesto Pau Gasol.
Todo ello gracias a un cabezón impresionante cuyas mandíbulas
atemorizan si el animal desata sus instintos protectores de la familia,
estadounidense y con residencia unifamiliar (pisos abstenerse) en Otsego
(Michigan).
Los rasgos del animal, de pelaje negro, muestran que
el crecimiento rápido en los tres años de vida ha lastrado su
complexión muscular, que le hace más amigo de estar sentado que de dar
largas carreras. Zeus ya pesa algo más de 70 kilos y necesita comer un
saco de pienso de 20 kilos cada dos semanas.
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