Un 86,3% de los alumnos catalanes de la enseñanza pública no hace clase de religión católica, un porcentaje que ha ido aumentando en los últimos diez años y que hace que cada curso sea más elevado el número de estudiantes que descarta cursar esta asignatura, según datos de la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat.
Si en el curso 2000-2001 el volumen de alumnos de la pública que no cursó religión católica se situaba en un 79,2%, con 439.608 estudiantes, en el pasado curso este porcentaje alcanzó el 86,3% y un total de 651.385 estudiantes, 210.000 más que hace una década.
Precisamente, los estudiantes que siguen esta asignatura en las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria de los colegios públicos han retrocedido de un 20% a un 13,9% en esta década.
Esta situación es muy diferente en la educación privada y concertada, donde el 64,2% de los estudiantes cursó religión el pasado curso, un dato similar a los que la estudiaban hace diez años atrás -67,7%-.
De hecho, por escuelas, aproximadamente la mitad de todos los centros públicos y privados de Cataluña imparten esta asignatura a petición de las familias, que se concentran en las comarcas del Barcelonès, Vallès Occidental y Baix Llobregat.
Según han explicado fuentes del Ministerio de Educación, según la Ley Orgánica de Educación (LOE), la religión es "de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos".
Además esta asignatura está regulada en una orden del Ministerio del 3 de julio de 2007, por la que el Gobierno garantiza a los estudiantes de Infantil, Primaria y Secundaria que lo soliciten el derecho a recibir esta asignatura, cuyos contenidos debe señalar la jerarquía eclesiástica.
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