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lunes, 15 de agosto de 2011

México, EEUU y el narcotráfico

Como consecuencia de la "Operación Rápido y furioso" que comentamos en nota anterior, y ante el creciente horror y descontento popular, con acusaciones de inacción de los poderes públicos y su omisión en proteger a la ciudadanía, mientras se comprueba colusión de ciertas esferas oficiales con el crimen organizado, el presidente de México se decidió a escalar una cruenta guerra contra los carteles, la cual resultó agregando más crímenes y venganzas y muerte de inocentes a las estadísticas.

Ante el secuestro y asesinato de prominentes figuras públicas o sus familiares, al presidente no le quedó más que aceptar la cuota de responsabilidad de su gobierno, pero además le llevó a pronunciar palabras históricas en una reciente oportunidad de hablar ante el Congreso de EEUU. Además del consabido "mientras ustedes no terminen en su país con la demanda por la droga, nosotros estamos condenados a seguir siendo rehenes de quienes la proporcionan", también afirmó algo así: "no hay duda de la culpabilidad de EEUU en las actuales desgracias de México, donde ustedes ponen las armas y nosotros los muertos". Y afirmó tener evidencia de que miles de poderosas armas de asalto recuperadas a "carteles" de la droga en México en su gran mayoría provenían de EEUU.

La investigación sigue subiendo de nivel. Ahora muchos se preguntan si el presidente Obama y el Fiscal General Eric Holder autorizaron o no a la involucrada Agencia gubernamental la mortal "Operación Rápido y Furioso". William Newell, quien fuera agente a cargo de la ATF en Phoenix, Arizona, testificó en Capitol Hill que él había discutido el caso con un alto Oficial de Seguridad de la Casa Blanca en setiembre del 2010.

Y también testificó que otras muchas agencias gubernamentales "estaban todas fuertemente comprometidas y eran socios completos con el concepto y la ejecución" de la Operación Rápido y Furioso. Ante tal reconocimiento, el Jefe del Comité Investigador del Congreso replicó a William Newell de esta manera: "usted observó a la misma gente comprar esas armas repetidamente y derivándolas al mismo cartel, pero usted no dejó de permitirlo porque aún no había podido probar su teoría, y sin medir consecuencias continuó hasta que usted tuvo un agente federal asesinado y ahora un verdadero escándalo".

En otra vuelta de tuerca, el agente John Dodson declaró a los investigadores que él había tratado de advertir a sus superiores de la escalada de violencia en México ("cuantas más armas nuestras compran, más violencia sufren ellos"). Incluso Dodson afirmó que la Operación Rápido y Furioso había sido oficialmente aprobada en todas las instancias hasta lo más alto del Departamento de Justicia, aunque ahí lo niegan, y tanto Obama como el fiscal General Eric Holder dicen no haberse enterado de nada.

El avispero se agitó cuando el agente de la Policía de la Frontera, Brian Terry, perdió la vida durante un enfrentamiento en Sonora, Arizona, en Diciembre del 2010. Y peor cuando se supo que lo habían abatido con armas compradas en EEUU bajo el estímulo de la Operación Rápido y Furioso

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