El Barcelona, acaparador de títulos de todo tipo, tiene otra presa al alcance de la mano. El Barça siempre tiene hambre y se jugará la Supercopa de Europa contra el nuevo Oporto, otro equipo incansable y voraz (20.45 horas / TVE, Radio MARCA y MARCA.com). Los portugueses lo ganaron todo la temporada pasada y en Mónaco tienen un reto descomunal, derrotar al rey de Europa, algo sólo al alcance de los elegidos. Será un partido entre devoradores de trofeos, entre equipos que han hecho del éxito una rutina.
En el Principado el Barça opta a su cuarta Supercopa de Europa y Pep Guardiola a su duodécimo título como entrenador, lo que le dejaría solo en el trono culé, superando las once conquistas de Cruyff. Pep ya forma parte de la historia, pero no va a descansar. Eso sería traicionarse.
El Barcelona, después de alzar la Supercopa de España con el Madrid en el túnel de vestuarios, tiene otro título al alcance, de los que se levantan ganando un partido. Al Barça siempre le quedará Messi, que nunca ha marcado en esta competición, pero los que no estarán serán Puyol y Piqué. La solución de urgencia en el centro de la defensa volverá a ser la misma que ideó Pep en el Bernabéu, la de jugar con Mascherano y Abidal. El resto del once está cantado, con Adriano de lateral y Leo, Villa y Pedro amenazando. Alexis y Cesc esperarán su oportunidad en el banquillo.
Los dragones han perdido fuego
Si el Barcelona tendrá que saber vivir sin Carles y Gerard en Mónaco, lo del Oporto es peor. Ya no está Falcao, artillero, y tampoco Villas-Boas, guía desde el banco, pero éstos no sólo faltarán en el Luis II, lo harán toda la temporada. Se han ido.
El Oporto ahora lo dirige Vitor Pereira, otra promesa que entrena mirando el espejo de Villas-Boas, y el '9' será Kléber, pero el que tendrá que tirar del carro será Hulk, una bestia que juega al fútbol por diversión. El que no ha entrado en la convocatoria ha sido Álvaro Pereira, que apunta a coger la maletas rumbo a la Premier.
Los dragones no mienten, echan fuego por la boca. También mirarán al Barcelona a la cara, lo que a la mayoría suele asustarles. En Mónaco hay un duelo entre dos animales feroces.
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