De día, de tarde, de noche y de madrugada. Hace ya algunas semanas que las obras de Maracaná apenas se interrumpen un par de horas por jornada, entre 05.00 y 07.00. Divididos en tres turnos, los trabajadores se esmeran en acelerar las reformas del 'templo del fútbol' en Río de Janeiro para llegar a tiempo al Mundial de 2014, una estrategia que en breve se propagará por los estadios de Salvador de Bahía, Manaos y otras ciudades-sede. Pero los esfuerzos resultan insuficientes para el ex ídolo de la 'seleção' Romário, convertido en azote de los organizadores desde su nuevo rol como miembro de la Comisión de Deportes de la Cámara de los Diputados. Para él, sólo un milagro puede hacer que la segunda Copa celebrada en Brasil sea un éxito.
Romário expresó su malestar con el escaso avance de las obras en una entrevista que publica este lunes el diario 'Folha de S. Paulo'. "Cuando nos adjudicamos [la celebración de] la Copa, hubo muchos festejos", recordó. "Entonces dije dos cosas: que Brasil no sólo tenía condiciones para organizar la Copa, sino también la mejor de todos los tiempos. Mantengo la primera idea, pero retiro la segunda", advirtió.
El ex jugador del Vasco da Gama, PSV Eindhoven y Barcelona, entre una decena de equipos, se mostró crítico al comentar la situación a tres años de la cita futbolística. "Por lo que estoy viendo, las cosas no van a ocurrir. Se hará la Copa, pero infelizmente tendremos problemas y no va a ser la mejor de todos los tiempos", advirtió.
El diputado federal del Partido Socialista Brasileño (PSB), elegido el pasado octubre con casi 150.000 votos, recurrió también a la ironía al responder a su entrevistador. "Voy a decirte una verdad: los evangélicos creen que Jesús va a volver. Sólo él puede hacer que Brasil haga la mejor Copa. Si él baja [a la Tierra] en los próximos tres años, entonces será posible", aseguró.
Los dardos de Romário reflejan una realidad: con sólo 36 meses por delante, avanzan a trompicones las reformas de varios estadios y aún no se ha puesto en marcha la construcción de otros dos recintos deportivos -incluido el nuevo Itaquerão de São Paulo- que deberían acoger encuentros del próximo Mundial.
Contra Teixeira
Y el destinatario de esos proyectiles no es otro que el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira. El ex delantero del Barça le aconseja que se eche a un lado y abandone el liderazgo del Comité Organizador Local (COL) de la esperada cita de 2014.
"Existen personas en Brasil bastante competentes para hacer ese papel de comandar el COL, pero él [Teixeira] se cree en ese derecho. Incluso por su edad [64 años], no es bueno para él. Yo colocaría a otra persona", afirmó Romário, antes de poner como ejemplo el nombramiento de Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central, al frente de la Autoridad Pública Olímpica (APO) para los Juegos de 2016 en Río de Janeiro.
El goleador reciclado en político sugirió que el presidente de la CBF se aferra al cargo de forma egoísta. "Si Teixeira y sus asesores llegaran a la conclusión de que todavía cabe otra persona para que él salga de escena, sería una buena idea. Pero a veces las personas tienen vanidades que estorban. No sé si es su caso, pero puede ser", insinuó.
Gastos disparados
Romário pretende que Teixeira comparezca ante la Cámara de los Diputados para explicar los supuestos sobornos recibidos por parte de empresas patrocinadoras del Mundial, así como el aumento de los costes en las obras. "Es presidente del COL, de la CBF y pertenece a la cúpula de la FIFA. No hay nadie cómo él en Brasil ni en el mundo que pueda responder sobre lo que está ocurriendo", argumentó.
A comienzos de junio, el internacional retirado ya había manifestado su descontento por los gastos disparados. A través de su cuenta en Twitter, @romarioonze criticó que las previsiones hayan pasado desde los 2.000 millones de reales -cuando el país se adjudicó la organización en 2007- hasta los casi 7.000 millones (casi 4.400 millones de dólares) en el último cálculo elaborado este mes. "Solamente el coste de los estadios ya se ha triplicado", comentó entonces.
En la entrevista con 'Folha', el diputado fue más allá y advirtió de que las obras aún pueden duplicarse respecto a la última cifra prevista. "Tal y como están las cosas, los estadios van a llegar a 15.000 millones de reales [unos 9.400 millones de dólares] y eso es absurdo", zanjó.
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