Un claro ejemplo del fraude en el sector pesquero es cuando, a precio de ganga, se venden filetes de bacalao o incluso de lenguado supuestamente procedentes del Báltico cuando en realidad son simples filetes de pez gato del mar del Norte.
La Comisión Europea ha publicado este viernes un informe en el que apostando por la tecnología molecular, ofrece respuestas a muchas de las preguntas que se hacen los consumidores, que, entre otras cosas, desean saber de qué especie proviene el producto, dónde se pescó y, si es salvaje o de piscifactoría.
El estudio, titulado 'Represión de las actividades ilegales en el sector pesquero', elaborado por el Centro Común de Investigación de la Comisión (JRC), apunta que esta vía de investigación puede ayudar en la lucha contra las prácticas ilegales. Además, el hallazgo permitirá trazar el origen de productos tan complejos como puede serlo el pescado enlatado.
Origen del producto
Maria Damanaki, comisaria europea de Investigación, Innovación y Ciencia declaró en Génova, ciudad elegida para presentar el estudio, que "se calcula que la pesca ilegal representa 10.000 millones de euros al año en todo el mundo". Añadió que se trata de una "actividad criminal" que afecta negativamente a cuatro sectores clave: la economía mundial, los ecosistemas marinos, las comunidades pesqueras y los consumidores. Insistió en que "si no se cumplen las normas no habrá una pesca sostenible".
Etiquetar el pescado y los productos pesqueros con nombres de especies falsas y asignándoles un falso lugar de procedencia son dos de las técnicas de fraude más comunes. Por ejemplo, en ocasiones, especies muy económicas como la carpa se venden disfrazadas de mero.
El informe apuesta por técnicas moleculares indicando que las basados en la tecnología del ADN permiten identificar la especie sin la necesidad de un experto. La novedad reside en que este método también funciona en productos preparados. La idea es que las autoridades europeas implementen estas técnicas.
Negocio de lucro
Según Maìire Geoghegan-Quinn, principal responsable del JRC y comisaria europea de Investigación, Innovación y Ciencia, el informe demuestra que usando la tecnología molecular de forma coordinada y documentada, se podría reducir el fraude pesquero. Supondrá una garantía para los consumidores que no sólo obtendrán aquello por lo que han pagado sino que también sabrán exactamente qué están comiendo.
En 'Slow Fish 2011', la quinta reunión bianual dedicada al mundo de los peces y el ecosistema marino, se han formulado propuestas muy variadas. Una de ellas aboga por ofrecer más información. Para analizar el pescado optan por facilitar el acceso de los laboratorios de países miembro a los depósitos de información. Apuestan por crear una red de laboratorios que funcionen bajo un protocolo común. Coincidieron en la importancia de formar al personal.
Para mejorar la trazabilidad de los productos pesqueros y combatir la pesca ilegal, la Comisión está invirtiendo para que se aplique la norma conforme a la cuál todos los productos pesqueros han de venir acompañados de un certificado de captura.
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