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sábado, 12 de marzo de 2011

La primera reducción de estómago vía oral, en familia

La reducción de estómago ya no deja cicatrices. Un equipo de la clínica Teknon de Barcelona ha realizado las primeras POSE (cirugía primaria endoluminal de la obesidad) o, lo que es lo mismo, reducciones de estómago por vía oral. Los pacientes fueron dados de alta 12 horas después de la operación y, tras 24 horas, ya continuaban su ritmo de vida con normalidad.

La intervención se realiza bajo anestesia general. A través de un endoscopio que transporta el instrumental desde la boca hasta el estómago se pliega un trozo de la pared del estómago y se sutura, con lo que se consigue una reducción del volumen. Además, el 'agarre' recoge las cuatro capas del estómago, lo que previene que se rompa o que recupere volumen, según explica el doctor Roman Turró, hijo de Jesús Turró, uno de los cirujanos que lidera la unidad. La cosa va de familias.

De los cuatro primeros en someterse a esta intervención, dos de ellos son padre e hija. Cristina Lecha, la primera paciente, acudió a informarse a la clínica porque, después de probar con un balón intragástrico, había vuelto a recuperar peso. No era la primera vez que intentaba perder peso: había probado todo tipo de dietas. Después de que le informaran sobre esta nueva técnica, consiguió convencer a su padre -al que habían aconsejado una reducción de estómago tradicional con anterioridad y se había negado- y pegarle un empujoncito hasta el quirófano. "Todo fue en unos pocos días", recuerda José Luis Lecha.

En las tres semanas posteriores a la operación siguen una dieta de líquidos para después incorporar alimentos sólidos poco a poco. Ambos explican cómo se sienten 11 días después de la operación. Es mediodía y aseguran que aún no han probado bocado. Dicen que no tienen hambre. El objetivo de esta intervención es, además de reducir el apetito, conseguir que la sensación de saciedad llegue antes.

Una técnica habitual en Estados Unidos

Esta técnica, que se utiliza en Inglaterra y, sobre todo, Estados Unidos, se empezó a aplicar en pacientes que, tras una operación tradicional de reducción de estómago, volvían a recuperar el volumen. El problema es que el músculo, cuando volvían a ingerir mayores cantidades de comida, se dilataba de nuevo.

Ahora, este equipo emplea esta técnica como cirugía primaria, aplicando ocho suturas en el fundus -parte del estómago que sirve de almacén- y otras tres en la parte distal, la que abre camino hacia el duodeno y los intestinos.

Ahora les quedan dos años de seguimiento, en el que nutricionistas y los propios cirujanos controlarán su estado. Los objetivos médicos, según la media, es que en seis meses la reducción sea de un 33% del exceso de grasa del cuerpo, explica el doctor Turró. Pero el objetivo personal de Cristina, que se sometió al proceso con 100 kilos, es llegar a unos 70. No menos. Su padre, más cauto, prefiere no marcarse un objetivo numérico: "Si me encuentro bien con 80, pues con 80, lo que digan los médicos".

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