Washington ha entrenado, en México y en EE UU, a 5.000 militares mexicanos desde el año 1996, incluyendo miembros de las Fuerzas Especiales, en las que sirvieron destacados miembros de los Zetas. La comprobación de la Embajada se efectuó con las limitaciones propias de una banda que, lógicamente, no publica el nombre de sus integrantes. La legación redactó una lista con todos los Zetas detenidos, muertos e identificados y cotejó sus identidades con los nombres y apellidos de los 5.000 militares acogidos a los programas de entrenamiento.
López Villafana recibió adiestramiento contra el narcotráfico en Fort Bragg, y el Ejército mexicano comunicó a la Embajada que López se retiró de sus filas en el año 2007 después de 20 años y ocho meses de servicio. El interés y dedicación de la Embajada en confirmar el posible cambio de bando de militares entrenados por EE UU demuestra hasta qué punto es grave la infiltración del delito organizado en instituciones y cuarteles.
"Desde el momento en que no podemos conocer el nombre de cada soldado mexicano que se ha pasado a Los Zetas, no podemos rechazar categóricamente esta posibilidad", dice el cable. "Es imposible garantizar que cada soldado mexicano que reciba nuestro entrenamiento en el futuro no vaya a pasarse al delito organizado. No obstante, confiamos en que la legislación que condena a 60 años de cárcel a los soldados que han sido cómplices del delito organizado será una útil herramienta disuasoria".
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