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lunes, 31 de enero de 2011

Los egipcios buscan el apoyo del Ejército para su revuelta popular


La tensión no cesa. Miles de egipcios se mantienen este lunes en el corazón de El Cairo para exigir la renuncia del régimen del presidente Hosni Mubarak, en el séptimo día de manifestaciones contra el mandatario, en el poder desde 1981.

Los ciudadanos se mantienen la espera de noticias, tanto de las nuevas caras del nuevo Gobierno, como de la reacción del Ejército. "El ejército tiene que hablar, decir si apoya o no a Mubarak", se quejaban Tarek Shalaby, uno de los opositores que pasó la noche acampado en la plaza Tahrir, símbolo de las protestas de los últimos días.

Durante las horas nocturnas, según el relato del joven, hubo "ambiente festivo", gente que tocó música y hasta quien hizo pequeñas obras de teatro sobre la nueva Constitución. Fueron miles los egipcios que pasaron la noche en la plaza, sin respetar el toque de queda decretado el pasado viernes, y a estos manifestantes se une cada vez más gente según avanza la jornada.

Lo único que fue causa de mucha tensión anoche fue el rumor de que el Ejército se disponía a entrar con tanques en la plaza. Los manifestantes hicieron entonces una especie de muro humano para tratar de frenarles, por si las habladurías se hacían realidad.

Este lunes, el toque de queda se ha ordenado a las tres de la tarde, dos horas antes de lo normal. No obstante, las personas apostadas en la plaza no tienen intención de marcharse del lugar y ya se preparan para la manifestación del martes.

Presencia policial

La plaza sigue custodiada exclusivamente por las tropas del Ejército, a pesar de que la policía ha empezado a desplegarse por la ciudad para controlar el tráfico y el orden. Algunos de ellos ya han ocupado sus lugares, como por ejemplo en las sedes de algunos medios de comunicación.

Los militares se mantienen apartados del centro de la plaza y sólo están desplegados en los accesos a la misma, al contrario que en días anteriores, cuando las tanquetas circulaban por en medio de Tahrir (Liberación, en árabe), según comprobó Efe.

Las calles de acceso al lugar están cortadas por tanques y vallas, y los soldados revisan los bolsos y, en algunos casos, solicitan el documento de identidad a la gente que se acerca a la plaza.

No se ve rastro, en esta zona, de la policía egipcia, que regresó hoy tras dos días ausente a las calles para asumir la defensa de la seguridad pública, que se ha visto deteriorada con actos de pillaje y debido a la fuga de numerosos presos.

Sin embargo, la plaza Tahrir está sólo bajo el control del Ejército para evitar disturbios, ya que la tensión entre la policía y la población es evidente después de los fuertes enfrentamientos que se saldaron con decenas de víctimas.

Eso precisamente es lo que asegura que pasará uno de los manifestantes si el Ejército opta por tratar de imponer una dictadura militar.

'Todo en el sistema es ilegal'

Las protestas que sacuden Egipto desde hace una semana comenzaron pidiendo reformas políticas pero ahora exigen la salida de Mubarak y el fin del régimen actual.

"Todo en el sistema es ilegal. El Parlamento es ilegal", coreaban los manifestantes en la plaza Tahrir, donde se podían leer también pancartas con eslóganes contra el presidente: "30 años de Mubarak en el poder y la situación va a peor".

Algunos también piden que se juzgue a Mubarak y recuerdan a las decenas de personas fallecidas en esta revuelta popular sin precedentes, inspirada en las protestas que en Túnez derrocaron el pasado 14 de enero al entonces presidente Ben Alí.

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