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martes, 8 de junio de 2010

Los cocodrilos también "surfean"

No son buenos nadadores pero consiguen recorrer grandes distancias 'surfeando'. Los cocodrilos marinos ('Crocodylus porosus') utilizan las olas para superar las corrientes oceánicas y poder recorrer así grandes distancias mar adentro.

Precisamente sus escasas cualidades para la natación mantenían intrigados a los científicos: ¿Cómo es posible que estos reptiles, los más grandes del mundo, hayan sido capaces de ocupar numerosas islas del Pacífico Sur situadas a cientos de kilómetros de distancia con lo mal que nadan?

La respuesta está en el surf, según un estudio llevado a cabo por investigadores australianos que esta semana publica 'Journal of Animal Ecology', de la British Ecological Society.

Recorren grandes distancias

Hasta ahora se habían avistado ejemplares de esta especie atravesando el mar, pero se trata de la primera vez que se demuestra a través de un seguimiento por satélite que estos reptiles subacuáticos recorren largas distancias para desplazarse de una isla a otra.

Un cocodrilo con transmisor comienza su viaje. | Australia Zoo

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Un cocodrilo con transmisor comienza su viaje. | Australia Zoo

Hamish Campbell, de la Universidad de Queensland, y sus colegas del Queensland Park y del Zoo de Australia colocaron transmisores por satélite y receptores acuáticos en 27 cocodrilos marinos adultos durante un año. Los reptiles partieron siempre del remoto río Kennedy, en el norte de Queensland (Australia).

Durante esos doce meses, comprobaron que tanto las hembras como los machos se embarcaban en largos viajes desde su lugar de residencia a la boca del río o mar adentro. La mayor parte de las veces viajaron más de 50 kilómetros aunque algunos de ellos recorrieron distancias mucho más largas.

Aprovechando la marea

A la hora de comenzar su viaje, los cocodrilos siempre esperaban a la hora en que cambiaba la marea, de forma que pudieran ser arrastrados por la corriente. Del mismo modo, concluían su viaje cuando el oleaje era más propicio.

Uno de los machos (de 3,84 metros de longitud), llegó a recorrer 590 kilómetros en 25 días. Su viaje no fue improvisado: llegó a la costa Oeste de la Península de Cape York justo a tiempo para coincidir con las corrientes que en esa época del año se producen en el Golfo de Carpentaria.

Un segundo cocodrilo (otro macho de 4,84 metros) tardó sólo 20 días en viajar desde la costa este de Cape York a través de Torres Straits hacia el río Wenlock (un total de 411 kilómetros). Torres Straits es conocida por sus fuertes corrientes de agua. Cuando el cocodrilo llegó, las corrientes se movían en dirección opuesta a la de su destino, de modo que se quedó cuatro días esperando en la bahía y sólo cuando las corrientes volvieron a serle favorables, reemprendió su viaje.

Puede estar días sin comer

El cocodrilo de mar (también conocido como cocodrilo de estuario o poroso) es uno los reptiles más feroces y el más grande de los que se conocen en la actualidad (algunos ejemplares llegan a medir más de siete metros). Suele vivir en ríos y estuarios, en una amplia área geográfica del Pacífico Sur y Este: desde el este de la India a las islas Fiji y del sur de China al norte de Australia.

A pesar de que la mayor parte de su vida transcurre en agua salada, no se considera un reptil marino (como las tortugas, por ejemplo) porque consigue su comida en tierra.

Hamish Campbell explica que estos cocodrilos son capaces de sobrevivir en aguas saladas sin comer ni beber durante largos periodos de tiempo así que se mueven sólo cuando las corrientes son favorables. Según el investigador, su comportamiento actual ayudaría a entender la evolución de los cocodrilos y respaldaría la teoría de que estos animales atravesaron grandes barreras marinas en el pasado.

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