Jorge Larrionda y sus dos asistentes dejan el césped tras el Alemania-Inglaterra. Los árbitros se hicieron con el protagonismo del Mundial en la segunda jornada de octavos de final. Alemania y Argentina se clasificaron para cuartos, gracias en parte, a las ayudas que recibieron del uruguayo Jorge Larrionda y del italiano Roberto Rosetti. Un gol completamente legal de Frank Lampard no subió al marcador, hubiera sido el empate a dos, y permitió a los alemanes sentenciar el pase unos minutos después. En el segundo partido, Tévez adelantó a los de Maradona con un tanto en fuera de juego. Dos errores garrafales que empujaron a Inglaterra y México a salir de Sudáfrica. ¿La esencia del fútbol? ¿o errores que ya no deberían permitirse en un deporte que mueve tantas pasiones?
Los fallos volvieron a resucitar el debate del vídeo o del chip en el balón. La FIFA se apresuró a emitir en un comunicado que no estudiará nuevas normas y que "en cuanto a la tecnología de la línea de gol seguirá la que está vigente". Un 'no' a la tecnología para modernizar el fútbol, basándose en el error humano como una de las chispas del fútbol aunque la FIFA sí admitió que aboga por la inclusión de dos nuevos asistentes detrás de las porterías. "Podemos ayudar a los árbitros si los respaldan más ojos", apoyo desde Johannesburgo el secretario general de FIFA, Jérome Valcke. Toda una declaración de intenciones para el próximo Mundial. Dos asistentes más para evitar que se produzcan los fallos pero sin ceder a utilizar la tecnología para que no haya errores.
Un sistema que se ha probado esta temporada en la Europa League pero que tampoco ha demostrado ser eficiente al máximo. El 'quórum' entre los afectados no es posible y el máximo organismo del fútbol no tiene intención, de momento, de cambiar el reglamento. La evolución en el fútbol a través de las mejores tecnológicas no son el camino elegido por la FIFA.
En lo que sí están de acuerdo entrenadores, jugadores y responsables es que en una cita como un Mundial tienen que estar los mejores aunque para futbolistas y técnicos lo que está claro es que los de más alto nivel se han tenido que quedar en casa. "En un campeonato del mundo deben pitar los mejores árbitros, los que también actúan en las grandes Ligas, y no los que pitan en alguna playa". Esta frase es del seleccionador suizo Ottmar Hitzfeld. Esta otra del capitán de Nueva Zelanda también evidencia la frustración que sienten los jugadores: "Si éstos son los mejores árbitros que puede ofrecer la FIFA, no quiero ver los peores".
No sólo durante el Mundial les han llovido las críticas a los árbitros. En la repesca, Francia dejó a Irlanda fuera de Sudáfrica con la famosa mano de Thierry Henry. Esta vez, los errores han llegado en octavos de final de un Mundial, ante los ojos de todo el mundo. En la cita más importante. La reacción ha sido la misma, máxima rigidez y escudarse en el fallo humano. Lo que tampoco se puede cambiar es que Inglaterra y México ya están en casa.
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