No dudó en desenfundar su espada y proteger al 'rey'. Las medidas de seguridad habían fallado, pero todavía quedaba él. Daniel Diges continuó cantando mientras un espontáneo le reventaba su actuación. El soldadito de plomo que lo acompañaba en el escenario veló por su seguridad. El ucraniano Yurii Olmechenko apretó su espada contra el costado izquierdo de Jimmy Jump, 'pinchándole'. Queda claro en las fotos de la gala. Confiesa que lo hizo aposta y que no sabe qué hubiera pasado si el espontáneo hubiera ido más lejos.
Jimmy Jump, que así se llama el espontáneo, ha robado el protagonismo a los cantantes. Tras pasar la noche en comisaría, este domingo pagaba la multa de 1.880 euros y quedaba en libertad. Nada más pisar la calle, lo celebraba con una voltereta y un poco de alcohol, según relata el diario noruego 'VG'.
"Gracias a Dios, este es un día especial para mí. He hecho mi primera actuación musical en directo", ha explicado en relación a su sabotaje. Confiesa que a pesar de acabar en comisaría estaba muy feliz y que se pasó toda la noche bailando.
Sobre cómo logró burlar las medidas de seguridad, guarda mutismo: "Yo soy Jimmy, tengo secretos. Soy un profesional de esto y sé lo que hacer".
Es la trastienda de una gala seguida por 120 millones de espectadores, más que la SuperBowl. Espectacular lo que se vio, interesante lo que quedó oculto. Ganó la edición de este año, celebrada en Oslo, la alemana Lena Meyer-Landrut, quien desconcertada no tenía claro si debía volver a cantar o no. Como manda la tradición, el ganador de 2009, el joven Alexander Rybak le entregó el trofeo. Faltó la guinda. No hubo beso. Malentendido o vergüenza, ¡qué más da! Lena, de 19 años, reclamó su premio. Quería un beso, ¿por qué no? Lo tuvo. Y los diarios noruegos recogen el momento con una foto casi a doble página. ¿Era la foto del Festival? Ni siquiera se ven sus rostros, sólo el beso. ¿Hay algo que no sabemos? Habrá que estar atentos.
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