El ex diputado del Foro Batllista (FB), Julio Aguiar, consideró que el batllismo ha desaparecido como corriente política y define al actual Partido Colorado como "independiente o riverista". El ex legislador analiza el resultado de la votación del 9 de mayo pasado y proyecta un panorama complejo para el futuro de la colectividad colorada.
Terminante. "No tiene que haber caudillismo, ni liderazgo y mucho menos candidaturas".
El ex legislador dijo a LA REPUBLICA que le sorprende que se diga que el resultado de las elecciones departamentales fue un éxito para los colorados, cuando es la primera vez en 52 años que en Montevideo quedó "detrás del Partido Nacional".
"El resultado general en Montevideo era el esperado, más allá de los problemas internos que generó la candidatura en el Frente Amplio. Pero en el Partido Colorado me sorprende que se diga que esto ha sido un éxito, porque por ejemplo votamos peor en las departamentales que en las nacionales y de los 350 mil votos que el partido perdió en 2005, muy pocos volvieron ahora en 2010", opinó el dirigente.
"Pero lo peor de todo es que el batllismo ha desaparecido como gran corriente política dentro del partido, luego de haber sido su columna vertebral durante los últimos 100 años. Lo que yo interpreto es que ha quedado una especie de Partido Colorado independiente o riverista, con los votos batllistas dispersos en los demás partidos", sostuvo.
"Este es un resultado funesto para el partido, porque la pata liberal, socialdemócrata, siempre fue una pata de equilibrio y de sensatez para el batllismo y yo diría que para el propio sistema democrático".
"El resultado para el Partido Colorado no fue bueno, porque ganar una sola intendencia más después de 5 años, es casi una anécdota comparada con lo que ha votado el Frente Amplio o con lo que ha recuperado el Partido Nacional", argumentó.
Aguiar afirmó que "el señor Bordaberry piensa que la renovación es un tema de edad o de forma de liderar, pero la renovación es un concepto mucho más profundo. Aislarse del Partido Nacional en mi concepto es un error. Nadie está diciendo que tienen que desaparecer el Partido Colorado y el Partido Nacional, pero hay que tener mucha humildad, aprender de errores ajenos y también de los aciertos de los demás, porque en la sociedad uruguaya ha habido un profundo cambio que nosotros no lo vimos venir o no lo entendimos", subrayó.
"Con esa humildad hay que comenzar a debatir para tratar de entender que ha pasado y hay que tener mucha paciencia, porque esto no va a cambiar de la noche a la mañana", advirtió.
A su entender, "es muy difícil recrear una corriente socialdemócrata desde adentro del partido, de manera que habría que intentar por afuera, por diferentes mecanismos, con un espacio abierto de diálogo y debate, para recrear el país del futuro que querríamos, como socialdemócratas que nos consideramos".
"La gente es la que manda"
"Nosotros habíamos anunciado el año pasado que si el partido seguía como estaba iba hacia un desastre y así fue. Con los resultados del domingo, el resumen del período electoral de casi un año es que el batllismo ha desaparecido como corriente política. Este es un tema muy grave para el partido, para el sistema político y para la democracia en general", insistió.
"Las corrientes liberales en el país siempre han aportado equilibrio. Ahora ha quedado en el partido un sector que no es batllista, que a mi entender puede recrear el partido colorado independiente o riverista. Los que conocen un poco de historia saben muy bien a qué me estoy refiriendo", precisó.
Interrogado acerca de cómo interpreta el trasiego de votos entre los partidos tradicionales en varios departamentos, lo que posibilitó resultados inesperados, Aguiar señaló que "es la gente la que nos indica el camino". Por un lado, "el señor Bordaberry dice que no debe haber acuerdos entre los partidos tradicionales, pero en la dirigencia media y en el común de la gente esos cambios ya son una realidad".
"Hay que analizar la situación con mucha humildad y entender que con los mecanismos que se utilizaban en los años 50 ya no se hace más política. La gente quiere otra cosa y para recuperar terreno hay que hacerlo con humildad", sostuvo. "Lo que hizo el hijo de Wilson Ferreira en Salto es la señal inequívoca de que la gente está por encima de lo que los dirigentes piensan y actúan; de eso hay que aprender porque la gente es la que manda", enfatizó.
El retorno del batllismo
Consultado sobre quiénes deberían ser los nuevos dirigentes que encabecen la reconstrucción de la corriente batllista, Aguiar dijo que se considera parte de la generación de la apertura. "Creo que gente de mi generación puede ayudar con su experiencia a formar cuadros nuevos, de gente que hoy tenga 20, 25 ó 30 años, no más, pero ellos se tienen que formar en torno a un debate, una ilusión, como teníamos nosotros hace 25 años con el retorno a la democracia o la lucha por las ideas".
"No tiene que haber caudillismo, ni liderazgo y mucho menos candidaturas, ni nadie que crea que está por delante de los demás. Los que pensamos así tenemos que empezar ya, porque el partido va camino al desastre y la tarea va a ser de largo aliento", indicó.
Finalmente, Aguiar consideró que los errores que derivaron en esta situación que él describe, comenzaron con un "statu quo histórico" que se extendió más tiempo del que debía, se cerraron las puertas a la renovación natural del partido y también "hubo desilusión y hartazgo" que provocó que mucha gente se fuera del partido.
"El otro problema es que lo que se llama renovación parece no haber entendido los cambios en la sociedad uruguaya. Hace 20 años era impensable que un ex guerrillero fuera presidente de la República o que una comunista fuera intendenta de Montevideo. Hoy a nadie le importa, porque la sociedad se ha desideologizado, pero los cambios están y hay que aprender de todo eso, estudiar lo que pasó y aplicarlo a la estrategia que habrá que encarar para que el batllismo retorne al Partido Colorado".
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