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miércoles, 19 de mayo de 2010

Fiesta con pedradas y balas de goma

Enfrentamientos entre hinchas de Peñarol y policías en 18 de Julio, pedreas, disparos de balas de goma y más de 350 detenidos, dejaron anoche los festejos en el centro de Montevideo.

El jefe de Policía de Montevideo, Walder Ferreira, resultó herido por un roce de bala cuando se encontraba en la avenida 18 de Julio supervisando el procedimiento policial durante los festejos.

En el operativo participaron tres centenares de policías del Grupo GEO, la Brigada Puma (motos) y Radio Patrulla.

Sobre la hora 21, en Plaza Libertad un grupo de hinchas desató los desmanes y se enfrentó a policías de choque. Ferreira y otros integrantes del Comando corrieron al lugar. Unos minutos después, el jefe cayó al suelo. Se tocó la pierna y percibió que le chorreaba la sangre.

"Un perito balístico, un médico forense y profesionales de la mutualista Española consideraron que la herida fue provocada por un roce de bala", explicó el jerarca policial a El País tres horas después.

Además, una mujer policía sufrió lesiones cuando trataba de reducir a un hincha que estaba provocando desórdenes en la esquina de Martín C. Martínez y 18 de Julio. Con el apoyo de otros agentes, logró reducirlo. En el cacheo, los efectivos encontraron una pistola calibre 22 entre las ropas del agresor.

A las 19.30 horas, la hinchada de Peñarol abarcaba unas cinco cuadras de la avenida 18 de Julio. Grupos de parciales comenzaron a subirse a kioscos de venta de diarios y revistas, semáforos y a los árboles de la Plaza Libertad.

Otros golpeaban las puertas de lata de los comercios mientras entonaban cánticos soeces contra los parciales albos. Muchos de ellos bebían cerveza y vino en cajas o en botellas de plástico. También había menores haciendo "pogo" mientras cantaban. Muchos padres llevaron a sus hijos a los festejos, pero cuando comenzaron los enfrentamientos con los policías huyeron hacia las calles Colonia o San José.

A las 20.15 horas, grupos de choque de la Policía se desplegaron por 18 de Julio, a la altura de Zelmar Michelini, rumbo a la Plaza Libertad. Allí ocurrieron los primeros enfrentamientos. Los hinchas tiraron cascotes que arrancaron de las aceras. Los efectivos reprimieron de inmediato: hubo disparos de balas de goma, corridas y detenciones.

Quince minutos más tarde, otra fuerza policial con 150 efectivos de choque se desplegó en 18 de Julio y Andes. Los efectivos, provistos de cascos, escudos y bastones, se distribuyeron a lo ancho de la avenida y evitaron el paso por 18 de Julio. El detonante del incidente fue un anciano que intentó en varias oportunidades romper el cerco. Enseguida fue detenido. Detrás del anciano se juntaron más de veinte hinchas que corrieron hacia un kiosco. Unas cinco motos los persiguieron y detuvieron a varios.

Grupos de hinchas que provenían de la Plaza Independencia comenzaron a insultar a los policías. Volaron cascotes. Uno de ellos golpeó a un agente en el cuello. Dos policías respondieron tirando balas de goma contra los parciales. Uno de los hinchas fue herido por uno de estos proyectiles.

Cerca de 2.000 hinchas se agolparon alrededor del mausoleo de Artigas. Una decena de ellos trepó por el monumento. Dos parciales lograron llegar hasta la estatua del prócer y colgaron banderas de Peñarol, mientras los restantes festejaban la proeza. Otros pintaron consignas soeces en el pedestal del mausoleo. A las 22.30 horas, quedaban unas decenas de hinchas en las plazas Libertad e Independencia. Los cordones policiales desplegados entre los dos grupos disuadían cualquier intento de fusión. Poco a poco, los parciales se fueron retirando.

Media hora más tarde, a las 23, un grupo de bomberos intentaba quitar la bandera que habían colocado los hinchas en la mano de Artigas.

Cuando se suponía que los disturbios habían concluido, a medianoche un grupo de hinchas generó desmanes en Plaza Libertad. Los revoltosos destrozaron a pedradas la vidriera de una heladería y lastimaron a una empleada que se encontraba adentro.

DETENIDOS. El jefe de Policía de Montevideo calificó de "excelente" el operativo policial previo al partido. "Después, en los festejos, primó el descontrol. Hubo ingesta de alcohol y de drogas de una parte de la hinchada" de Peñarol, dijo.

Ferreira informó que hubo una treintena de detenciones por desmanes en los festejos. "Grupos de inadaptados rompieron todo. Destrozaron kioscos y lugares de ventas" ubicados en 18 de Julio. Agregó que, contra este tipo de violencia, "no hay operativo policial que valga".

La Policía manejó ayer que hubo unos 350 detenidos. Sin embargo, el juez que tiene la jurisdicción del Centenario, Ricardo Míguez, recibió unas 70 notificaciones de detenciones por desacatos, insultos a policías e ingesta de alcohol.

Míguez dispuso la libertad de todos ellos, salvo los ebrios.

Otro juez penal de turno ayer fue notificado de tres reventas de entradas.

(Producción: Pablo Melgar)

Se desató el caos en los festejos

Miles de hinchas aurinegros que habían acudido a 18 de Julio para celebrar la conquista del Campeonato Uruguayo se vieron envueltos en medio de una trifulca provocada por una minoría de exaltados que lanzaron cascotes y botellas contra los agentes de Policía. Los efectivos replicaron utilizando bastones y balas de goma y el caos se generalizó. En la Plaza Independencia, los hinchas pintarreajearon el monumento al General Artigas y le colgaron una bandera.

Verdulero arresta a un ladrón

El encargado de una verdulería de Colonia y Cuareim encontró a un hincha de Peñarol que venía con la multitud, detrás de la caja registradora con intenciones de hurto. No lo dudó. Le tiró con un termo y luego con la misma caja registradora. Poco después llegó la Policía que los separó y se llevó detenido al ladrón. El jefe del operativo, Luis Mendoza, llegó al instante para supervisar el arresto. El detenido, ya esposado, gritaba: "¡Miren que yo trabajo también!".


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