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viernes, 9 de abril de 2010

Uruguay 2030: el sueño de un mundial

Después de mucho tiempo los uruguayos estamos recuperando la confianza en nosotros mismos.

Lento pero seguro seguimos desatando ataduras autoimpuestas a la imaginación innovadora propia de los orientales fundadores de nuestra nación. Vamos a más y con hechos concretos. En todos los ámbitos hay señales de un espíritu renovador y creativo donde prima el "sí se puede". Ahora ser un país "enano" entre gigantes dejó de ser una queja para transformarse en una oportunidad de crecer. Comprendimos el valor estratégico de nuestra ubicación geográfica y la calidad diferencial del carácter de nuestra gente. Aun reconociendo los problemas que tenemos, valoramos cada vez más la inteligencia, el potencial humano, solidario y emprendedor de nuestro pueblo. Ya no nos alcanza con el empate. Queremos ganar y jugando en equipo. Lentamente desaparecen las lágrimas, la falsa modestia, las fronteras del blanco o negro y la crítica destructiva que durante años nos paralizó. La siembra estadista y unitaria de Artigas, el Pepe Batlle, Wilson, Zelmar, el general Seregni, Tabaré y de miles de corajudos vecinos anónimos vuelve a florecer. Propuestas y acciones de cambio dispersas por todos los rincones del país, y que son regadas principalmente por los jóvenes que no se resignan a que nos dejemos llevar por la corriente de las modas que imponen los más fuertes.

El Mundial 2030

Hace ya tiempo ­entre sueños, descreimientos y nostalgias­ tomó cuerpo la idea de organizar en Uruguay el Mundial de fútbol 2030. Fuimos los primeros en hacerlo y a 100 años de esa maravillosa gesta popular queremos festejarlo con la misma fuerza medio loca y atrevida que inspiró a aquellos pioneros. No dejemos morir la idea. El fútbol, su pasión, los barrios y calles que lo vieron nacer, el aprendizaje de saber ganar y perder sin doblegarse, identifican la personalidad de nuestra gente. También de aquellas miles de mujeres que aun sin conmoverse con el fútbol, mantienen en silencio esa capacidad de dar todo por su país a pesar de que aún tengan que trabajar dentro y fuera del hogar, educar a sus hijos y enseñarles a sus compañeros a comprometerse con la familia y los afectos a la par de ellas. Sabemos que la FIFA es una de las multinacionales más poderosas del mundo y que no da puntada sin hilo. Sobre todo cuando tiene que tomar decisiones que involucran suculentos ingresos económicos. Pero aunque no lleguemos a la meta vale la pena unirse y pelearla hasta las últimas consecuencias en honor a la dignidad y al derecho que nos da la historia por habernos animado a ser los padres de la criatura cuando nadie se atrevía a encarar tamaña organización.

Políticas de Estado

En la política cunde la misma actitud renovadora y cada día somos más los políticos que pensamos en la mañana siguiente y no sólo en los escarceos cotidianos para conseguir un voto más.

Previo a las elecciones de octubre propusimos en el comando de campaña del Frente Amplio ofrecerle a los partidos políticos trabajar juntos en torno a cuatro temas estratégicos para el desarrollo futuro del país: educación, seguridad, medio ambiente y matriz energética. El Frente Amplio lo acogió con beneplácito y el presidente Mujica lo hizo público una semana antes de las elecciones, comprometiéndose a cumplir con el objetivo cualquiera fuese el resultado electoral. Se hizo en ese momento para que nadie pensase que se trataba de una falsa promesa electoral más. Luego de una resistencia inicial comprensible del resto de los partidos políticos, una semana después del balotaje se acordó la conformación de los cuatro grupos de trabajo. Estos equipos que ya han logrado acuerdos de políticas concretas a corto, mediano y largo plazo. La creación de más escuelas de tiempo completo, llevar la Universidad pública al interior del país, construir más cárceles con gestión y diseño que faciliten el reintegro de los presos a la sociedad y la extensión del cuerpo de Granaderos a todo el país son algunos de los ejemplos concretos de acuerdo a los que se arribó.

En paralelo continúa con fluidez el diálogo por la integración y participación multipartidaria en la gestión de los entes y otros organismos de gobierno, y las conversaciones por el cambio en la integración del Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral. Buenas y firmes señales de una generación de políticos que no antepone intereses partidarios al bien común del país.

Uruguay como polo logístico y de transporte regional

Apenas designado en el cargo de ministro del MTOP, junto al equipo de trabajo priorizamos dos tareas: desarrollar un plan estratégico con horizonte 2030 y estudiar las propuestas específicas realizadas para el sector, por todos los partidos políticos, el PIT­CNT, las cámaras empresariales afines y los organismos internacionales. Grata fue la sorpresa al descubrir la coincidencia existente en todos los planteos con el primer objetivo que nos propusimos para la gestión quinquenal del MTOP: diseñar un plan estratégico que para 2030 transforme a Uruguay en polo logístico y de transporte de la región. Con algunos matices o diferencias en los énfasis todos proponían elaborar un plan a largo plazo con ese fin y que se pudiese cumplir independientemente de a qué partido le tocase gobernar el país. Este objetivo de nombre y apariencia algo rimbombante consiste en crear y mejorar toda la infraestructura vial, ferroviaria, portuaria y aeronáutica del país, para lograr que Uruguay concentre el mayor tránsito de mercaderías y personas de la región. Esto no sólo generará fuentes laborales genuinas e ingresos de divisas al país sino que también nos enriquecerá culturalmente. Facilitada la comunicación y el tránsito de personas provenientes de los países vecinos, desaparecerán los obstáculos fronterizos a la integración regional también en aquellos aspectos vinculados al relacionamiento humano. En la diversidad cultural se abrirán cabezas y puertas para generar acciones comunes en beneficio de la gente.

Para convalidar las coincidencias señaladas nos reunimos con todos los actores vinculados a este proyecto, quienes ratificaron su compromiso con transformar tal objetivo en una política de Estado de hecho. Para profundizar en este camino nos reunimos con el BID, que ya tiene experiencia en el tema, el cual se ofreció a coordinar este grupo de trabajo que se conformará y a elaborar un documento base que sea el disparador de los primeros intercambios de opinión. No conformes con ello solicitamos asistir a las comisiones de Transporte y Obras Públicas de ambas cámaras legislativas para presentar nuestra propuesta. Esta semana, junto al subsecretario Pablo Genta y al director de Secretaría Pablo Ferrer, realizamos nuestra presentación en la comisión especializada de la Cámara de Diputados. Quedamos entusiasmados por el nivel de coincidencias y el talante de colaboración de los diputados de todos los partidos. Me sentí realmente orgulloso de quienes sigo sintiendo mis colegas, porque como se dijo en la reunión, soy un miembro del Parlamento en funciones de ministro.

Con este inicio de gestión y este contexto de trabajo, les confieso que cada día me gusta más hacer política. Siento que hay reservas en una sociedad que cada día nos empuja más a ser mejores, a pensar por lo alto como la única forma eficaz de resolver los problemas de la gente. Siento que sin ser ingenuo ni idílico, sin olvidar las diferencias que tenemos ­que son reales­, se pueden ir generando nuevas formas de hacer política. Todavía quedan reflejos de un pasado que se resiste al cambio, es verdad, pero tengo la impresión de que lentamente lo nuevo se abre camino. No por casualidad sino porque es la gente la que con su actitud de rechazo a las viejas escuelas políticas lo está demandando cada vez más en voz alta y por suerte algunos estamos tomando nota de ello. Que así sea.

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