"Mis investigaciones demostraron de manera bastante clara que, durante décadas, hasta alrededor del 1990, niños y adolescentes fueron maltratados brutalmente, atormentados de manera sádica y abusados sexualmente", dijo el abogado Thomas Pfister, según informó la página web de Ettal. Pfister fue nombrado comisario externo para las investigaciones el 24 de febrero.
Los delitos se cometieron entre los años sesenta y ochenta. Están todos prescritos. Algunos corresponden a casos que coinciden pues con la época en la que el actual Papa, Joseph Ratzinger, fue arzobispo de Múnich (1977-1980), dato que no figura mencionado en el citado informe.
Garrotazos y puniciones
Las víctimas han denunciado garrotazos, puniciones sádicas -los castigos corporales se emplearon hasta los años noventa- y agresiones sexuales. Entre los quince sospechosos figura el antiguo abad Edelbert H., que rigió la institución entre 1973 y 2005 y, según algunas de las víctimas, obligaba a los alumnos, por punición, a comer caracoles vivos.
El informe fue recibido por el actual vicario general del Obispado de Múnich y Freising, Peter Beer, y el administrador provisional de la abadía benedictina, padre Emmeram Walter. Ambos se felicitaron con Pfister por su trabajo.
"El informe nos enfrenta con un lado doloroso de nuestro pasado. Se trata de un elemento importante para este proceso", dijo padre Walter. Desde que, hace dos meses, la filtración de acusaciones de abusos y malos tratos manchó su reputación, la abadía lucha a toda costa por aclarar los episodios de maltrato de la manera más rápida y transparente posible. Quiere así recuperar el respeto y la confianza perdidas. El convento ha apoyado y colaborado en la elaboración del brutal documento "con enormes ganas", aseguró el prelado Peter Beer.
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