Las peluquerías chinas que ofrecen de forma clandestina servicios sexuales -el conocido 'final feliz'- se han reducido estos últimos meses en Catalunya, especialmente tras la creación de la Asociación Artesana China de Salones de Belleza de Catalunya, que trata de regular la actividad de los centros de belleza que ofrecen servicios de peluquería y masaje.
La presidenta de la asociación, Shang Mei Wang, explicó que se constituyeron el 2 de marzo y que tienen a más de 50 peluquerías y centros de masaje catalanes asociados, la mayoría en Barcelona. Antes de su creación, mantuvo numerosas reuniones con los comercios para informarles de las reglas que deben cumplir, y finalmente redactaron un código.
A partir de ahora, si tienen conocimiento de que alguna de las empresas asociadas incumple con estas normas, e incurre en alguna actividad ilegal, la denuncian, aunque, según Shang Mei Wang, por el momento no se ha dado el caso.
Fuentes policiales que han constatado que muchas de las peluquerías que ofrecían 'final feliz' "lo han dejado", por las denuncias y la apertura de expedientes sancionadores, y por la acción de esta asociación que "controla el sector". No obstante, no descartan que en algún local persistan estas prácticas, aunque de forma mucho más discreta.
Los propios comerciantes "han tomado conciencia" y el 'boom' que se produjo entre 2008 y 2009 ha caído, también incentivado por el cierre de algunas de estas peluquerías que carecían de toda licencia.
El cliente a veces 'quiere más
La presidenta admitió que la culpa de estas actividades ilegales a veces recae en el propio dueño de la peluquería o en la masajista, pero que en muchas ocasiones se encuentran con algún cliente de masajes que después "quiere más", y que se enfada si la trabajadora no acepta sus peticiones y se va sin pagar.
Cuando algún cliente le pregunta por el 'final feliz', Shang Mei Wang les contesta, según ella misma relata, que el masaje es bueno para la salud "y eso ya te hace feliz".
Las peluquerías chinas han tenido un "crecimiento muy rápido" en los últimos años, llevando a Barcelona en 2008 y extendiéndose en 2009, especialmente en el Eixample derecho. Esto creó susceptibilidad entre los vecinos y otras peluquerías, que denunciaron prácticas ilegales en algunos de estos centros.
Shang Mei Wang recalcó que la comunidad china es "muy trabajadora" y que la proliferación de peluquería chinas se produjo porque el negocio funciona. A pesar de la crisis económica, que también les afecta, están aguantando bien. Según Shang Mei Wang, la competencia en el sector no tiene porque verse de forma negativa, porque al mismo tiempo "anima el negocio".
La mayoría de sus clientes son inmigrantes, en un 90%, aunque la comunidad china es una minoría de ellos, y también tienen clientela española.
Lamentó la mala imagen que llegaron a tener las peluquerías chinas en Barcelona, a raíz de informaciones que salieron tras efectuarse varias operaciones policiales, ya que según ella, la situación estaba "exagerada". Así, hizo hincapié en que son "muy trabajadores" y también contribuyen positivamente a la economía catalana.
Shang Mei Wang regenta una peluquería y centro de masaje de la calle Sepúlveda de Barcelona, donde lleva más de dos años trabajando. Tiene el negocio lleno de gente y los trabajadores a pleno rendimiento, y según ella, se mantiene a pesar de la crisis ya que conoce a mucha gente y tiene una clientela fija.
A sus masajistas les exige seriedad y es muy estricta para evitar que puedan producirse irr
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