Ya está. El Clausura es aurinegro y punto. Ahorremos fechas y proclamemos a Peñarol campeón hoy mismo, porque nadie le saca el título.
No hay con qué darle a este equipo de Diego Aguirre. Ganó su undécimo partido consecutivo para seguir con registro perfecto, amplió su ventaja en la Tabla Anual a cuatro unidades sobre Nacional, prácticamente se aseguró el regreso a la Copa Libertadores y ya en fase de grupos, y mantuvo las siete unidades sobre Fénix, su rival del próximo fin de semana y ante el que dará la vuelta olímpica si lo vence. Pero lo más significativo es que tiene la suerte del campeón.
En la penúltima jugada del partido un zurdazo del "Beto" Acosta estremeció el travesaño y pudo haber decretado el 2-2 para un Cerrito que mereció irse con un punto por su propuesta futbolística. Y en la recarga Egidio Arévalo Ríos le puso la pelota en la cabeza al "Tornado" Alonso para que sellara el 3-1 definitivo.
Este Peñarol no brilla. Está muy lejos de ser el avasallante equipo de comienzos de campeonato, pero aun así gana, incluso sin merecerlo como ayer. Cerrito fue un rival que se le plantó firme y, sobre todo, decidido a atacarlo.
Sin culminación. Marcelo Saralegui demostró haber estudiado bien al aurinegro. El punto flaco es la retaguardia y, sobre todo, los pelotazos cruzados. Por eso desde el inicio se vio cómo Diego Cardozo avanzaba por la izquierda, formando un interesante circuito futbolístico con Gabriel Alcoba y el "Betito" Acosta, y se daba vuelta para meter un cambio de frente. Así, buscando las espaldas de los zagueros, el auriverde se reveló como un equipo atrevido basado en su buen trato de pelota. El problema fue que siempre a los auriverdes les quedó largo o corto el pase final. Las jugadas tienen un principio y un final, pero esto último lo consiguió poco Cerrito. Terminar la jugada no quiere decir que debe ser gol. Peñarol fue el ejemplo, ya que la mayoría de sus llegadas concluyeron con un disparo que terminó en las manos de Vikonis, afuera o en un córner. Lo más importante de esto es que el equipo siempre queda bien parado para defender luego de un avance.
Si a todos esos problemas de funcionamiento se suma que a los seis minutos, cuando el partido aún no estaba planteado, un jugador (en este caso Foletti) le da un pase-gol a un rival (Martinuccio) y éste define con un zurdazo cruzado, potente y preciso para decretar el 1-0, entonces hay poco por hacer.
Peñarol aprovechó su primera oportunidad clara para anotar y así encarriló su undécimo triunfo consecutivo en otras tantas presentaciones.
Gasolero. Este conjunto aurinegro es pragmático y da la sensación de jugar "a reglamento". Es decir, su misión es estar siempre arriba en el marcador y lo consigue.
Cerrito tuvo más la pelota, pero careció de contundencia. Llegó al merecido empate por un penal dudoso de Alejandro González a Cardozo que Acosta transformó en 1-1, pero dos minutos después Peñarol estaba otra vez en ventaja por el decimocuarto tanto en el torneo de Pacheco. Y sin justificarlo, porque Urretaviscaya fue intermitente y el "Tony" no tuvo un papel protagónico. Otra vez el mediocampo bancó todo, con un Arévalo Ríos que la saca con el muslo, la rodilla, la cabeza y todo lo que sea reglamentario y un Orteman ordenado tácticamente que siempre está bien ubicado y por eso parece tener un imán que atrae a la pelota.
Sin ser superior, Peñarol pudo haber llegado al 3-1 antes, si Prudente hubiera sancionado un penal contra Ramírez a los 87`. Tuvo que sufrir el pelotazo en el travesaño antes de sellar el partido, el Clausura, su presencia en la Libertadores 2010 y quizá la Anual.
Las cifras
33 GOLES y puntos tiene el aurinegro, que mantuvo su promedio de tres por partido.
12 VICTORIAS consecutivas lleva Peñarol: 1 por el Apertura y las 11 del Clausura.
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