El primer alud se produjo el jueves en la localidad de Cancejos, a la altura del kilómetro 46 de la carretera que conduce de la ciudad de Huánuco a Tingo María, cuando las lluvias provocaron que las tierras de un cerro cayeran sobre un grupo de viviendas, en las que murieron cinco personas.
Horas después, otro corrimiento, en esta ocasión registrado en la localidad de Ambo, en la misma región de Huánuco, arrasó todo un barrio, destrozó las viviendas y arrastró a sus habitantes hasta el cercano río Huallaga.
Hasta el momento han sido recuperados 20 cadáveres, aunque otras 25 personas continúan desaparecidas y 50 resultaron heridas, por lo que el número de muertos puede aumentar.
La prensa local denuncia que la tragedia habría podido evitarse si las autoridades de la región hubieran hecho caso al Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemet), que había advertido de que no se debían construir viviendas en la zona.
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