Los datos facilitados ayer por el Ministerio de Trabajo relativos a las prestaciones por desempleo arrojaron varios tristes récords. Por primera vez en la historia, el coste del paro llegó los 31.462 millones de euros en todo un año (representa un tercio de lo que se destina a pagar las pensiones). De ellos, unos 14.000 millones salieron de las cotizaciones de empresarios y trabajadores y los otros 17.000 millones procedieron de los Presupuestos Generales del Estado. Se trata de una cifra que nunca se había producido. Es también la primera ocasión en que ese gasto alcanza los 2.772 millones en un sólo mes (diciembre).
Es la primera vez que la cifra de desempleados que cobran el seguro llega a los tres millones (exactamente 3.034.712). Y, también es la primera ocasión en que el subsidio para aquellos parados que han agotado la prestación contributiva alcanza a 1.132.618 personas, prácticamente el doble de la cifra de hace un año.
Esto da a entender que cada vez hay más personas que dependen de la ayuda del Estado mientras el Gobierno sigue sin dar con la tecla que facilite la generación de empleo.
El gasto en prestaciones en 2009 (31.462,5 millones) superó en casi 10.500 millones el del año anterior (21.047,6 millones). Es decir, aumentó nada menos que un 50%. De ellos, 342,6 millones se destinaron a pagar el paro a los extranjeros. Sobre el colectivo inmigrante, llama la atención que por primera vez empieza a agotar su prestación contributiva y que a la vez se engancha a la asistencial.
Así, se produce un descenso del 5,2% en el número de extranjeros que cobran el seguro del paro (representan ahora un 11,3% del conjunto del sistema de protección del Estado), mientras que sube un 228,5% el número de los que pasan a cobrar el subsidio por no tener otros ingresos y acumular cargas familiares.
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