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miércoles, 3 de febrero de 2010

CASO LEBEL Discrepancia por ascenso naval

Una lucha para que se restituya el honor a un marino desnuda una dura interna en la Armada. Los Poderes Judicial y Ejecutivo piden la reparación pero el Parlamento tiene dudas jurídicas al respecto.

"Yo no quiero el dinero; lo que quiero es recuperar mi honor", dijo el capitán de navío retirado Alex Lebel a El País. Luego de casi diez años de batallar legalmente contra sanciones disciplinarias que postergaron su carrera hasta el punto que decidió pasar a retiro para continuar litigando contra la Armada, Lebel, de 60 años y de filiación nacionalista, se encuentra ahora en una situación de incertidumbre porque su reparación profesional propuesta por el Poder Ejecutivo se trabó en el Parlamento.

Lebel fue sancionado a rigor en julio del año 2000 y juzgado por un tribunal de honor de la fuerza por motivos disciplinarios, y acusado públicamente de responsabilidad en el hundimiento del barreminas Valiente. No conforme, reclamó ante la Armada y el Ministerio de Defensa Nacional sin éxito. Entonces, se presentó ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) patrocinado por el ex ministro de Defensa Daniel Hugo Martins. En 2003 solicitó pase a retiro dejando constancia escrita que lo hacía para poder seguir litigando y no cometer un delito militar al contradecir actos de sus superiores. En 2006, el TCA falló a su favor y en diciembre de 2009 el Poder Ejecutivo decidió cumplir esa sentencia. En una carta que Martins envió a legisladores blancos dijo que en las sanciones se advirtió un "ánimo persecutorio" y "motivaciones espurias" contra su defendido.

A fin de 2009, el ministro de Defensa Gonzalo Fernández informó a Lebel que su situación se repararía y que el Poder Ejecutivo, con la firma del Presidente Tabaré Vázquez, solicitaría al Parlamento su ascenso a contralmirante, grado que hubiera alcanzado por antigüedad y calificaciones si hubiera seguido en actividad.

Ahora, en un claro cuestionamiento al manejo de la jerarquía naval, Lebel recordó a El País que no tuvo responsabilidad en la muerte de los marinos del Valiente, y desnudó problemas operativos. "Por incapacidad de la Armada esos tripulantes murieron de frío. Yo estaba incomunicado y, al haber sido relevado del cargo una semana antes, no tenía más nada que ver. En la base de La Paloma no había nadie, solo un reservista que no sabía nada de buques ni de respuestas, y las lanchas de rescate no tenían tripulación. Falló todo el sistema", recordó. "Ni el jefe de la base de La Paloma ni el comandante del buque fueron afectados en su carrera. Yo sí", dijo.

Cuando Fernández lo llamó en diciembre pasado, Lebel le dijo que él no quería el dinero -unos US$ 92.000- sino que la reparación que deseaba era "por mi honor". Le sugirió al ministro que ese dinero se utilizara para comprar computadoras para la Escuela Naval.

La actitud de Lebel es resistida en la Armada. En 2009, varios ex comandantes en jefe y tres almirantes actuales objetaron ante el ministro Fernández la reparación del marino.

Afirman que el planteo es ilegal

El pedido del Poder Ejecutivo no prosperó y el Parlamento solicitó la ampliación de antecedentes sobre el caso. A nivel legislativo no hay muchas posibilidades de aprobar la reparación, al menos en lo inmediato, dado que se considera que es "ilegal" y que ha sido "mal planteado". Eso piensan los integrantes de la bancada oficialista Margarita Percovich y Mariano Arana, que analizaron el caso en una sub comisión. La senadora de la Vertiente Artiguista (VA) comentó ante colegas, al estudiar el caso, que "no es aceptable" la forma como fue enviado el tema al Parlamento y que ello le causa "dudas jurídicas". Integrantes de la Comisión Permanente adelantaron a El País que el planteo del Ejecutivo "es contrario a la ley orgánica de las Fuerzas Armadas" y que para ascender a un militar ya retirado con recomposición de carrera, como se propuso, debe haber una ley especial.

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