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sábado, 6 de febrero de 2010

La reforma laboral: más flexibilidad sin cambios en un sistema rígido

El documento para la reforma laboral puesto sobre la mesa el lunes por el Gobierno no ofrece medidas concretas, pero sí permite atisbar que pretende potenciar las fórmulas más flexibles dentro de un sistema muy rígido.

¿Qué lleva al Gobierno a lanzar esta propuesta ahora?

Zapatero se comprometió a ello el pasado diciembre. Además, la constatación de que la sangría del paro continúa y que los mercados internacionales han empezado a dudar de la capacidad de España para salir de la crisis han forzado al Gobierno a realizar un gesto.

¿Qué objetivos se marca el Ejecutivo?

Plantea cinco grandes ejes de actuación. Favorecer la creación de empleo y reducir el paro; disminuir la dualidad y segmentación entre contratos indefinidos y temporales; generar mayor empleabilidad a los parados; aumentar la flexibilidad interna de las empresas, y un programa extraordinario dirigido a jóvenes, cuya tasa de paro es del 40%. Sin embargo, no ofrece concreción sobre ninguno.

¿Por qué el documento ha recibido un visto bueno inicial de empresarios y sindicatos?

La ambigüedad del Gobierno en muchas de las propuestas permite que todos se consideren satisfechos, ya que muchas de sus pretensiones quedan recogidas en el mismo. Por ejemplo, la palabra despido apenas queda recogida seis veces en los 13 folios de medidas.

¿Se bajará el coste del despido?

Ni sí ni no. El Ejecutivo afirma que no eliminará el contrato con indemnización de 45 días por año trabajado. Pero sí señala que buscará fórmulas para que el más barato de 33 días de indemnización y un máximo de 24 mensualidades (por 42 del otro) se extienda a más personas. Es una forma indirecta de rebajar el coste de los ceses.

¿Se tocarán otros elementos relativos a las restricciones de contratos fijos?

El texto habla de abrir una reflexión que permita una separación más clara entre despidos procedentes e improcedentes cuando hay causas económicas. E incide en que la indemnización de 45 días se toma como referencia inicial a la hora de aplicar ajustes en las empresas y negociarlos con los trabajadores, lo que permite atisbar que al Ejecutivo le gustaría reducirlo. Aún así, la posición de fuerza de los sindicatos y la endeblez del Ejecutivo no augura demasiados cambios.

¿Se aportan ideas para rebajar la contratación temporal?

El Gobierno constata que en España el contrato temporal ocupa el lugar que, en muchos casos, correspondería a otras figuras, como los periodos de prueba de un empleo fijo, los contratos a tiempo parcial, el contrato de formación o las medidas de flexibilidad interna.

¿Se penalizarán los contratos temporales?

Sí. Aunque no se sabe cómo. El documento habla de adoptar medidas que "racionalicen" el uso de la contratación temporal y desincentiven su uso injustificado por parte de los empresarios.

¿Tendrán mayores costes las empresas que generen más precariedad?

Es posible. El Ejecutivo se decanta por valorar el establecimiento de tipos de indemnización adicionales para estos contratos y por hacer pagar más cuotas por desempleo a las empresas que tengan más empleados temporales. Lo apunta porque ha constatado que el mayor coste para el sistema de protección por desempleo proviene de pagos a trabajadores temporales. Se insinúa, asimismo, la implantación de una especie de sistema de bonus/malus que rebaje las cuotas por desempleo a las empresas que aporten más estabilidad a sus empleados y a la inversa con quienes hagan más contratos precarios.

¿Deberán justificar mejor las empresas el recurso al contrato de obra?

El Gobierno quiere que exista una mayor causalidad en la contratación temporal y, en particular, en los contratos por obra o servicio. Incide en la relación que hay entre una empresa subcontratada para hacer unos servicios por un tiempo determinado y el contrato por obra que tienen los empleados de esa subcontrata.

¿Mejorará la regulación del contrato a tiempo parcial?

Sí. Se habla incluso de implantar ayudas para las empresas que hagan estos contratos y den un horario fijo a su empleado que le permita conciliar mejor su vida laboral y familiar.

¿Podrá el sector privado ayudar al Inem a recolocar parados?

Es otra posibilidad que admite el Ejecutivo, pero su servicio deberá ser gratuito y preservar una parte de las colocaciones a colectivos de difícil empleabilidad.

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