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domingo, 28 de febrero de 2010

Gonzalo Fernández habla de Vázquez, los militares y la impunidad

En entrevista con LA REPUBLICA, Fernández dijo que "si Tabaré resolviera retornar a la arena política y a una eventual candidatura, la apoyo con las dos manos sin duda alguna".

Abogado reconocido, catedrático grado 5 en derecho penal, e hincha fanático de Malvín en basquetbol, fue el primer nombramiento de Tabaré Vázquez, apenas electo en 2004 y su mano derecha durante toda la gestión que culminará mañana. En los cinco años, ocupó distintos cargos: primero fue secretario de la Presidencia y luego ejerció la titularidad de los ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa. Sostuvo que en materia de derechos humanos, se avanzó "todo lo que pudimos y quisimos" y reveló que votó la papeleta rosada por la anulación de la Ley de Caducidad.

¿Dónde encontraremos al doctor Gonzalo Fernández a partir del 1º de marzo?

Yo vuelvo a la actividad privada, a mi estudio jurídico, tengo ya 34 años como abogado, y a la docencia de la cual nunca me desprendí salvo el primer año que tomé licencia, pero que ahora voy a retomar con mucho énfasis y sobre todo a la actividad académica internacional, que esa sí la tuve que dejar por completo en estos cinco años, porque también llevo muchos años como docente y como grado 5 de derecho penal de la facultad. Así que vuelvo a lo que siempre fue mi vida; la verdad que contento, y satisfecho con el pequeño aporte que pudimos haber hecho a este excelente gobierno que culmina.

¿Qué lugar ocupará en su vida la actividad política?

Creo que muy poco. Por ahora, he asumido el compromiso de escribir algunos artículos o contratapas en el Correo Socialista que es el órgano de prensa del partido al que orgullosamente pertenezco pero no creo que tenga mucha más actividad política.

¿En cual de las funciones le ha resultado más cómodo actuar, Secretaría de Presidencia o alguno de los ministerios, Cancillería o Defensa?

Son funciones distintas una de otra. Y en cada una de ellas yo tuve que comenzar aprendiendo. La Secretaría de la Presidencia es una especie de lo que ahora se quiere crear como Ministerio de Gobierno. Es más, en lo personal, creo que ni siquiera sería necesaria la creación del Ministerio de Gobierno porque las funciones las puede cumplir y de hecho yo las cumplí en la Secretaría de la Presidencia, donde era por una parte el operador político del presidente en las reuniones con los coordinadores de bancada, con la oposición, con los otros ministros, y por otro lado, ejercía el contralor jurídico de los actos, decretos, proyectos de ley, resoluciones, que firmaba el Presidente. En esa función me sentí muy cómodo, y también me sentí muy cómodo en la Cancillería manejando el tema de los asuntos vinculados a la política exterior, más allá de que a mí me cansaban mucho los viajes que es necesario que realice el canciller y que cada vez son más porque la agenda internacional, los organismos internacionales que demandan eventos se vienen multiplicando enormemente. Son los dos cargos que me sentí más cómodo. Aquí en el Ministerio de Defensa estuve muy poco tiempo, vine a cubrir el hueco que quedó cuando el ex ministro Bayardi y el ex subsecretario Menéndez renunciaron para abocarse a la campaña electoral.

En el Ministerio de Defensa, ¿cómo queda el tema de la deuda de ONU?

Estuvo el ministro de Economía García haciendo gestiones personales ante el Departamento de Operaciones de Paz para tratar que ONU se ponga al día con el atraso que tiene con los pagos. Hay temas que quedan pendientes como es natural en todo ministerio, por ejemplo, la reforma del Código Penal Militar, que yo dejo un proyecto, la sanción de una ley de Inteligencia que también dejamos un borrador, o sea hemos resuelto unos cuantos, pero hay otros que quedan pendientes como en toda la administración porque no se puede rematarlos de apuro.

¿En qué está el préstamo que se había solicitado al BROU para cancelar esta deuda?

Fue aprobado por ley, y está en trámite ante el BROU, en la parte burocrática del asunto. Es uno de los temas que voy a tratar de avanzarlo lo más posible.

¿Hasta qué punto sigue siendo importante la participación de Uruguay en las misiones de paz?

Yo creo que a pesar de que hubo largos debates sobre la defensa, hay un tema central que el Uruguay y el sistema político y las fuerzas armadas deben discutir que es qué Fuerzas Armadas necesitamos y para qué las necesitamos. Las misiones de paz concretamente le han dado al Uruguay mucho prestigio en el concierto intencional por un lado. Y por otro lado, han significado para quienes participan sobre todo para el personal subalterno que todos sabemos que tienen salarios muy magros, la oportunidad de obtener unos ingresos que luego les permiten a la vuelta, hacer una casita, comprar un terrenito.

Le pido un balance general acerca de este gobierno

Yo, obviamente, estoy muy implicado en la gestión. Y quizás pueda tildárseme de cierta subjetividad. De todas maneras, tratando de ser lo más objetivo posible, creo que este gobierno fue excelente, que no tiene precedentes en los últimos años, que logró mejorar notablemente la situación económica del país. Reconozco que en este aspecto favorecido por los buenos vientos que venían desde el exterior, que logró una inserción internacional muy importante, que fortaleció relaciones o las inició, bilaterales o comerciales, con países con los que no había tanto intercambio. Fue un gobierno respetuoso de los derechos humanos. Fue un gobierno que colmó las expectativas de la gente, y no en balde, el Presidente de la República se retira con una altísima aprobación popular. De manera que no es la subjetividad de quien habla sino la objetividad de las estadísticas que están dando la idea de esto.

¿Cómo ha sido su relación con Vázquez? ¿cómo lo conoció?

-En realidad, cuando Tabaré fue designado para la Intendencia yo no lo conocía porque estaba estudiando en Alemania. Tenía referencias de él por su actividad pública en el fútbol pero como yo no soy futbolero sino amante del basketboll no habíamos tenido trato. Lo conocí cuando estaba en la Intendencia que me pidió que fuera a asesorarlo, en temas puntuales. Yo no ocupé ningún cargo en la Intendencia. Y de ahí se fue afianzando una relación muy estrecha que es no sólo funcional sino de amistad y creo que en el transcurso de estos cinco años funcionamos muy bien. De hecho, yo fui la persona designada por Tabaré Vázquez la noche del 31 de octubre, y ya el 1º de noviembre inicié la transición con el doctor Lago que era el anterior secretario de la Presidencia. De manera que fue una relación muy buena y lo seguirá siendo y si en el futuro él precisa de mi ayuda o un consejo sin duda estaré a su lado.

Precisamente sobre ese tema, algunos dirigentes han adelantado apoyo a un eventual retorno de Vázquez en 2014. ¿Ud. Está entre esos dirigentes?

-El retorno de Tabaré va a depender en primer lugar de lo que él decida, de lo que él quiera hacer y falta mucho tiempo. Yo lo que puedo decir es que si Tabaré resolviera retornar a la arena política y a una eventual candidatura, la apoyo con las dos manos, sin duda alguna. Creo que es un extraordinario Presidente con una imagen internacional importantísima.

¿Cuál es su opinión acerca del presidente electo? ¿cuáles son sus expectativas como ciudadano, gobernante y militante del Frente Amplio?

-Yo obviamente compartí con él tres años en el gabinete. Yo como secretario de la Presidencia y él como ministro de Ganadería. Lo conozco desde hace mucho tiempo atrás, incluso actué como abogado de él en alguna incidencia de la radio Panamericana. Y espero que haga una gestión muy exitosa, combinando la continuidad de lo que está bien y, en ese sentido, Mujica ha dicho varias veces que lo que está bien no se toca, e introduciendo los cambios en lo que la dinámica de la vida social exige cambiar.

Usted había dicho que no compartía la creación del Ministerio de Gobierno. ¿Qué otras decisiones no están en su línea de pensamiento o directamente no comparte?

-A mí me pareció que institucionalmente eso no era necesario, pero reconozco que es un tema altamente opinable porque muchos países tienen o Ministerio de Gobierno o Ministerio de la Presidencia. En grandes líneas, no creo que haya todavía anuncios que justifiquen pronunciarse a favor o en contra, habrá que ver la evolución. Creo por ejemplo que sería un error vender la residencia presidencial de Punta del Este.

Uno de los temas al inicio de este gobierno era cómo se desenvolvería la relación con las Fuerzas Armadas.

-Lo que es claro es que no ha habido ni una sola dificultad de orden institucional con las Fuerzas Armadas. La relación del gobierno con las Fuerzas Armadas ha sido correcta, lo que palpé no sólo desde la Secretaría de la Presidencia sino ahora desde el Ministerio de Defensa; son normales, de absoluta subordinación del mando militar al poder civil, y creo que así van a continuar siendo.

En el capítulo derechos humanos, ¿se avanzó todo lo que se pudo, todo lo que quiso el gobierno o hasta donde los militares lo dejaron?

-Yo creo que nosotros avanzamos todo lo que pudimos y quisimos porque al margen de las excavaciones más notorias que se hicieron en los batallones 13y 14, y la chacra de Pando, se hicieron excavaciones en varias otras zonas donde lamentablemente, como es de pública notoriedad, fracasaron. Creo que a su vez el Poder Judicial que ha podido actuar y ha decretado procesamientos, tampoco pudo averiguar más al respecto porque me parece que aquí hay secretos que están en poder básicamente de la gente que está presa. No hay registros, y yo siempre dije que era infantil pensar que íbamos a encontrar una ficha o algún documento donde alguien anotara: en el día de hoy murió fulano y en el día de hoy hemos desenterrado sus restos y les hemos dado otro destino. No hay prueba documental ya desde la ministra Berrutti en adelante, se ha revisado todo cuanto se ha podido, y no se pudo avanzar más que eso. En este mismo momento estamos, a través de una investigación administrativa y con el auxilio de técnicos, ordenando historias clínicas viejas en el Hospital Militar donde hay 40 mil historias en un archivo que fue encontrado, a ver si ahí puede aparecer algo. Es notorio que cada vez que se ha pedido una historia clínica de algún caso vinculado a los derechos humanos la historia no aparece. Creo que acá hay un secreto y un pacto de silencio de cosas que conocen muy pocos y que otros se han llevado a la tumba y que no sólo el gobierno, sino que tampoco el Poder Judicial pudo obtener datos específicos en materia de hallazgo de restos de desaparecidos, incluso a pesar del procesamiento de los principales involucrados.

Respecto a los principales involucrados, la ex ministra Berrutti ha manifestado en un libro su opinión favorable a la excarcelación.

-No he leído el libro. Lo que creo es que en cualquier caso se debería consagrar una norma que preceptivamente establezca la prisión domiciliaria para reclusos de más de 70 años.

El caso Gelman, uno de los más emblemáticos, parece ser un claro ejemplo de esto que usted dice.

-Es no sólo emblemático sino también el más inexplicable. Se han hecho ingentes esfuerzos para tratar de averiguar, se ha hecho una búsqueda y muy intensa en el Batallón 14, primero en una zona que todo el mundo se enteró y que hasta la prensa llegó a visitarla y luego en otra zona en el mismo batallón, en una zona espejo, pero no hemos podido hallarlos.

En este caso, la información proporcionada al comandante en jefe de la época fue errónea o falsa...

-Lo que pasa es que yo creo que la Operación Zanahoria existió y como estuvo a cargo de personas distintas a las que participaron inicialmente en la aprehensión y en la muerte de los desaparecidos, y como hasta donde yo sé, los participantes de la Operación Zanahoria, y es curioso, pero están todos muertos, tempranamente muertos además.

¿Por qué es curioso?

-Bueno, porque es llamativo que los oficiales que estuvieron a cargo de ese acto que yo creo que es un acto aberrante hayan fallecido todos prematuramente de cáncer. Le hace pensar a uno que a veces hay una justicia divina superior a la justicia de los hombres. Pero va a ser muy difícil poder averiguar eso. De todas formas, creo que el nuevo gobierno, al igual que el ministro entrante, de la misma forma que lo hicimos nosotros, no va a desatender ninguna pista, ningún elementos probatorio que se le aporte para continuar avanzando.

Quienes buscaban la anulación de la Ley de Caducidad, ¿tendrán que aprender a convivir con ella definitivamente?

-Yo, deliberadamente, durante todo el proceso entendí que no debía opinar sobre esta materia y no lo hice. En primer lugar, la Ley de Caducidad admitía una interpretación jurídica distinta o alternativa a la que se le dio en los gobiernos anteriores. Yo fui el autor intelectual de esa nueva interpretación que aplicó el Poder Ejecutivo en el transcurso de esta gestión, y que permitió el enjuiciamiento de algunas personas que están hoy presas. Y eso no mereció objeciones de nadie dentro del sistema político. Y la oposición, yo tengo declaraciones de miembros de la oposición, estoy recordando por ejemplo a Juan Raúl Ferreira o al senador Luis Alberto Heber, quienes explícitamente expresaron que la aplicación que se había hecho de la Ley de Caducidad era correcta. En segundo lugar, yo sostuve desde el comienzo que si se promovía la inconstitucionalidad de la ley de Caducidad, que se puede promover por vía de la acción o por vía de excepción, la nueva Corte de Justicia la iba a declarar inconstitucional. Y efectivamente así sucedió. Lamentablemente, no prosperó el voto a favor de la anulación que podrá volver a intentarse pero yo no creo, y a las pruebas me remito, que la Ley de Caducidad, interpretada como fue interpretada, sea hoy un impedimento del enjuiciamiento de los autores de violaciones a los derechos humanos, tanto los cometidos en el Uruguay como los cometidos fuera del país.

¿Ud respaldó la anulación de la Ley?

-Sí, yo voté la anulación de la Ley de Caducidad. Porque es una Ley que contraviene los Pactos Internacionales de Derechos Humanos a los cuales Uruguay ha adherido y ratificado como Estado parte.

Y usted dice que se podrá volver a intentar su anulación

-Bueno, en esta materia no hay cosa juzgada como en materia judicial. De manera que sí, creo que se puede volver a intentar.

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