'La arquitectura es una mezcla de belleza, integridad y claridad'

Eugenio Aguinaga tiene una visión clásica del mundo residencial. Desdeña las hileras de adosados que crecen en los contornos urbanos porque ocupan mucho suelo "y cuestan demasiado al erario público en lo que se refiere a urbanización y servicios"; defiende el comercio de proximidad integrado en los bloques de viviendas, "a pesar de distorsionan la imagen de los edificios", y es partidario de un urbanismo ordenado y con edificios de no más de cinco alturas, porque optimizan -desde un punto de vista matemático- la utilización del suelo.

Su trabajo bebe de la herencia de arquitectos como Cano Lasso, Javier Carvajal y José Antonio Coderch i Sentmenat, "en los clásicos, que son mi fuente de inspiración, pero no los imito". No en vano, es hijo de Eugenio Aguinaga Azqueta (1910- 2002) y sobrino de Ricardo de Churruca (1900-1963) uno de los fundadores del movimiento Gatepac.

Aguinaga define la arquitectura como "una mezcla de belleza, integridad y claridad". Con él, suvivienda.es vuelve al descomunal Ensanche de Vallecas para visitar el edificio Vallecas 2, una de las obras más llamativas de la colección residenciales 'de autor' que han convertido el barrio en un centro de I+D para arquitectos y reclamo de turistas temáticos procedentes de Japón.

El patio, su colorido y, sobre todo, el espacio que libera para el uso cotidiano, son estética y funcionalmente ejemplares. "Queríamos que fuera un elemento central, ajardinado y con un mantenimiento fácil", explica. Por eso se optó por un césped artificial adornado con un único elemento natural, un olivo de más de 500 años.

Inspirado en los espacios verdes y despejados de las universidades inglesas, a él dan las zonas de dormitorio de las viviendas. "El patio es un elemento de posible convivencia de los vecinos", añade.

El color y la composición de Klee, inspiración para Aguinaga

"De hecho -reflexiona- desde el punto de vista urbano hay dos formas de ajardinar una ciudad: una, con extensas zonas verdes como el parque del Retiro o La Gavia, otra, preferible, mediante pequeñas plazas o 'squares', pues están más en contacto con las viviendas y esponjan el tejido urbano.

Del gigantismo a Paul Klee

En su disertación, Aguinaga salta de las polis griegas -creadoras de lugares de encuentro-, a la necesidad de vertebrar la ciudad y hacerla útil y "habitada a lo largo de todo el día", poniendo a Washington, París y algunas zonas de Londres como ejemplos de urbanismo inteligente. Se refiere, no sin cierta irritación, al rápido crecimiento de Madrid, el "gigantismo inmobiliario", que ha doblado la superficie de la capital "a golpe de PAU, cada uno de ellos ciudades enteras de 100.000 habitantes". "Las ciudades deben crecer poco a poco", concluye.

Como otras promociones vecinas, en la fachada, el arquitecto vizcaíno huye del ladrillo visto. "Se nos ocurrió que fuera un tejido toda ella, donde las ventanas formaran parte del tapiz", con un colorido "que reconozco que he inspirado en los cuadros de Paul Klee, un pintor de principios del siglo pasado".

Sin embargo, el edificio no está pintado, sino revestido con mortero monocapa, "que se ensucia, como todas las fachadas pero que no se decolora y no es necesaria pintarla sino limpiarla con agua a presión", aclara.

En el zócalo se optó por un material prefabricado que imita a la pizarra, en "simplemente por cuestiones de coste", combinado con el vidrio de los portales, "un pequeño detalle caro, pero que al usarlo en elementos puntuales su coste se diluye".

El debate las ciudades

El edificio, su ejecución, llama la atención sobre el debate actual de cómo debe tejerse la trama urbana y la relación de los edificios con la ciudad. En este sentido, "está comprobado que funcionan los esquemas de trama urbana cuadrada, con patios cerrados ajardinados, al modo de los que se encuentran por el barrio Salamanca de Madrid". Originalmente, estos estaban pensados con patios ajardinados, "pero la codicia humana los fue llenando de garajes y de bajos comerciales".

Sin embargo, no todo son aciertos. "Un error en el planeamiento de la promoción pública ha sido que sólo hay un par de comercios de proximidad". De hecho, prácticamente todo el ensanche de Vallecas adolece de bajos comerciales, "que aunque arquitectónicamente son incordio porque distorsionan la imagen de los edificios, son importantes para el tejido social".

"Cuando en una ciudad, el comercio se concentra en una gran superficie, como ha ocurrido aquí, se mata la ciudad y las calles mueren". Si no, inevitablemente, en horas laborales y escolares, se convierte "en un trocito de una ciudad dormitorio, y yo creo que la ciudad tiene que vivir todo el día".