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miércoles, 6 de enero de 2010

EDITORIAL El Partido Nacional: más de lo mismo

En los últimos días el Partido Nacional sigue asombrando a los uruguayos por su intransigencia, pero además por la inoportunidad de sus actos. Da la sensación de que para la dirigencia blanca no hubo elecciones, en las cuales su colectividad política resultó ser la perdedora.

El 2 de enero, con motivo de un nuevo aniversario de la muerte de Leandro Gómez, el doctor Luis Alberto Lacalle, que perdió las elecciones con José Mujica, criticó a presidentes de la región por haber mostrado públicamente su deseo de que el candidato del Frente Amplio fuera electo presidente de la República.

Unas horas después el mismo doctor Lacalle arremetió contra el Parlamento del Mercosur. Toda una definición política contraria a la integración regional que desde hace años los blancos (los dirigentes) vienen esgrimiendo, sin que sus alertas hayan sido asumidas por la población oriental.

Como si todo esto fuera poco, el doctor Jorge Larrañaga, que siempre reacciona tardíamente a las movidas de Lacalle, dijo en la puerta de la Cancillería de nuestro país que "el señor embajador (de Argentina en nuestro país) Patiño Mayer es persona no grata" para su colectividad política.

Este malestar de Larrañaga surgió a partir de un artículo que el embajador argentino en Uruguay publicó en el diario bonaerense "Perfil", titulado "Los tres Pepes", refiriéndose al significado que han tenido en nuestro país José Artigas, José Batlle y Ordóñez y José Mujica.

La bronca del sanducero, de visita por Montevideo, lo llevó hasta el despacho de nuestro canciller, Pedro Vaz, para formalizar la protesta porque "el embajador argentino tiene los puentes cortados y no tiene derecho a tener injerencia en los temas de nuestro país".

Lo que parece mentira es que los dos principales líderes del Partido Nacional sigan actuando con soberbia y agresividad, dos factores que estuvieron en la base de su derrota electoral, cuando en la noche de las elecciones internas la tenían ganada, según su punto de vista.

A esta altura del año que comienza surge la preocupación en todo el sistema político de saber si ésta va a ser la conducta del Partido Nacional en los próximos cinco años o en algún momento la racionalidad va a penetrar en la casona de la Ciudad Vieja, sede del Honorable Directorio del Partido Nacional.

Hacemos votos, por el bien del país y de la democracia, para que los blancos (sus dirigentes) elaboren una nueva actitud, una forma distinta de aceptar la derrota, para que entre todos los partidos se elaboren zonas de encuentro y de entendimiento.

Si el Partido Nacional sigue con más de lo mismo, siempre con el alma crispada, seguramente se expresará negativamente para sus intereses electorales, pues en mayo, con los comicios municipales, habrá una nueva prueba para todos los partidos.

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