A dos semanas del cierre oficial de la campaña de rebajas de verano, los comercios de Barcelona hacen un balance similar: mientras que las firmas de moda de precios más asequibles han cerrado una campaña más bien floja, con menos ventas que el año anterior, las marcas de precios más elevados aseguran haber vendido todo aquello que no lograron colocar durante la temporada primavera-verano. Y es que este verano de 2009, es de la recesión económica, la tienda selecta ha lanzado descuentos mucho más agresivos que nunca.
La patronal asegura que la campaña ha ido "bien, mejor de lo esperado"
Un descuento del 50% en una prenda de 300 euros no es como en una de 40
"El cliente ya no busca el precio barato en rebajas porque ese precio ya lo tiene todo el año, ya no tiene que esperar, pero sí que aprovecha la campaña para encontrar prenda de buena calidad a muy buen precio. Por eso hablamos de cambio de paradigma", reflexiona Miguel Ángel Fraile, secretario de la Confederación de Comercio de Cataluña.
En la tienda de Mango del paseo de Gràcia un letrero informa de que el periodo de rebajas comenzó el 1 de julio y terminará el 31 de agosto, pero en su interior, la mayor parte de ropa a la venta ya es de una nueva colección de otoño. Sin embargo, por su ligereza bien podría convivir en el armario con las prendas veraniegas. Uno puede llevarse unos pantalones de la nueva temporada por algo más de 20 euros y la ropa todavía con descuentos está a precios de derribo, pero Silvia, dependienta del establecimiento, cuenta que en estas rebajas "ha habido menos ventas que el verano pasado, la gente se lo piensa mucho más y se hace menos caja".
La patronal de comerciantes explica que el sector ha hecho algo más que salvar los muebles este verano y la campaña "ha sido buena, mejor de lo esperado", pero la caída de los precios, los descuentos del 70% que se han convertido en una generalidad, darán lugar a una merma en los ingresos de "hasta el 5%", según las palabras de Fraile. Es decir, que ahora hay que vender más para ganar lo mismo, o menos.
La tienda de Zara de Rambla de Catalunya también combina la de nueva colección con unos últimos días de segundas rebajas en las que se pueden adquirir camisetas de hasta 2,99 euros, pero no registraba ayer la afluencia de gente de días anterior, debido, por una parte, a las fechas de agosto en que nos encontramos.
Unas manzanas más arriba, en la zapatería Casas coincidían en que les quedaba el 30% del género de rebajas todavía por vender.
Sin embargo, Carol, de la tienda de Hugo Boss en la parte alta del paseo de Gràcia, asegura que su centro "ha doblado el objetivo de ventas previsto para estas rebajas, porque la gente aprovecha una campaña así para comprar firmas reconocidas", que, además, este año han hecho unas rebajas superiores a las del verano anterior.
Es lo mismo que cuentan César y Judith, de la tienda de Conti, donde se venden marcas pijas, como La Marthina o Belstaff. "Aquí ha ido mejor que la temporada, desde el principio, porque empezamos con rebajas muy buenas y vale la pena hacerse con una prenda así". Hay lógica matemática detrás de esto: un descuento del 50% en una prenda de 40 euros no surte el mismo efecto en el bolsillo que en una prenda de 300.
Los comerciantes aguardan ahora a ver cómo arranca la nueva campaña, si la tan esperada recuperación empieza a notarse al hacer caja. La confianza de los consumidores, de momento, mejoró el julio en 9,6 puntos, hasta situarse en 76,1, frente al 46,3 de hace un año. "Al 80% de la población no le afecta la crisis", apunta Fraile.
La patronal asegura que la campaña ha ido "bien, mejor de lo esperado"
Un descuento del 50% en una prenda de 300 euros no es como en una de 40
"El cliente ya no busca el precio barato en rebajas porque ese precio ya lo tiene todo el año, ya no tiene que esperar, pero sí que aprovecha la campaña para encontrar prenda de buena calidad a muy buen precio. Por eso hablamos de cambio de paradigma", reflexiona Miguel Ángel Fraile, secretario de la Confederación de Comercio de Cataluña.
En la tienda de Mango del paseo de Gràcia un letrero informa de que el periodo de rebajas comenzó el 1 de julio y terminará el 31 de agosto, pero en su interior, la mayor parte de ropa a la venta ya es de una nueva colección de otoño. Sin embargo, por su ligereza bien podría convivir en el armario con las prendas veraniegas. Uno puede llevarse unos pantalones de la nueva temporada por algo más de 20 euros y la ropa todavía con descuentos está a precios de derribo, pero Silvia, dependienta del establecimiento, cuenta que en estas rebajas "ha habido menos ventas que el verano pasado, la gente se lo piensa mucho más y se hace menos caja".
La patronal de comerciantes explica que el sector ha hecho algo más que salvar los muebles este verano y la campaña "ha sido buena, mejor de lo esperado", pero la caída de los precios, los descuentos del 70% que se han convertido en una generalidad, darán lugar a una merma en los ingresos de "hasta el 5%", según las palabras de Fraile. Es decir, que ahora hay que vender más para ganar lo mismo, o menos.
La tienda de Zara de Rambla de Catalunya también combina la de nueva colección con unos últimos días de segundas rebajas en las que se pueden adquirir camisetas de hasta 2,99 euros, pero no registraba ayer la afluencia de gente de días anterior, debido, por una parte, a las fechas de agosto en que nos encontramos.
Unas manzanas más arriba, en la zapatería Casas coincidían en que les quedaba el 30% del género de rebajas todavía por vender.
Sin embargo, Carol, de la tienda de Hugo Boss en la parte alta del paseo de Gràcia, asegura que su centro "ha doblado el objetivo de ventas previsto para estas rebajas, porque la gente aprovecha una campaña así para comprar firmas reconocidas", que, además, este año han hecho unas rebajas superiores a las del verano anterior.
Es lo mismo que cuentan César y Judith, de la tienda de Conti, donde se venden marcas pijas, como La Marthina o Belstaff. "Aquí ha ido mejor que la temporada, desde el principio, porque empezamos con rebajas muy buenas y vale la pena hacerse con una prenda así". Hay lógica matemática detrás de esto: un descuento del 50% en una prenda de 40 euros no surte el mismo efecto en el bolsillo que en una prenda de 300.
Los comerciantes aguardan ahora a ver cómo arranca la nueva campaña, si la tan esperada recuperación empieza a notarse al hacer caja. La confianza de los consumidores, de momento, mejoró el julio en 9,6 puntos, hasta situarse en 76,1, frente al 46,3 de hace un año. "Al 80% de la población no le afecta la crisis", apunta Fraile.
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