El amianto está en más asfalto del que se pensaba. La teniente de alcalde del área de Movilidad del Ayuntamiento, Isabel Salamaña, anunció ayer que son sospechosos de contener amianto 2,675 kilómetros de la carretera de Barcelona, una de las principales arterias de la ciudad. Inicialmente, el Consistorio sólo detectó el material en 1,8 kilómetros. Eso supone que hay 875 metros más contaminados. Todo el tramo de la carretera de Barcelona que corre por el núcleo urbano contiene "posiblemente" amianto, según Salamaña. Sólo están limpios 700 metros que discurren por fuera del núcleo urbano. "Hemos hablado con la empresa que asfaltó la carretera en 1982 y nos han confirmado que llegaron hasta Mas Gri. Preferimos curarnos en salud y no tocar nada hasta ahí", indicó ayer Salamaña.
El plan inicial del Consistorio era reformar la carretera raspando el suelo y volviendo a recubrirlo. El descubrimiento del amianto dio al traste con el proyecto. Para no perder la subvención del Fondo Estatal de Inversión Local se decidió cubrir los 1,8 kilómetros con una capa de cuatro centímetros de asfalto. Así se mejora un poco la vía, mientras se busca la mejor opción para sacar el amianto de la calle sin romper el suelo. El objetivo es no generar partículas en suspensión que aumentan la peligrosidad del material, prohibido en España desde 2002. Aunque en todo momento el Consistorio ha asegurado que el amianto se encuentra en unos niveles (2,28%) que no son perjudiciales para la salud. "Mientras no lo toques, está inerte", aseguró ayer Salamaña.
El Consistorio sólo podrá reformar debidamente 700 metros de la carretera, donde sí romperá la calle para sacar la superposición de capas de asfalto y cubrirla de nuevo. Las obras empezaron el domingo por la noche y se prevé que duren hasta el sábado 22.
El plan inicial del Consistorio era reformar la carretera raspando el suelo y volviendo a recubrirlo. El descubrimiento del amianto dio al traste con el proyecto. Para no perder la subvención del Fondo Estatal de Inversión Local se decidió cubrir los 1,8 kilómetros con una capa de cuatro centímetros de asfalto. Así se mejora un poco la vía, mientras se busca la mejor opción para sacar el amianto de la calle sin romper el suelo. El objetivo es no generar partículas en suspensión que aumentan la peligrosidad del material, prohibido en España desde 2002. Aunque en todo momento el Consistorio ha asegurado que el amianto se encuentra en unos niveles (2,28%) que no son perjudiciales para la salud. "Mientras no lo toques, está inerte", aseguró ayer Salamaña.
El Consistorio sólo podrá reformar debidamente 700 metros de la carretera, donde sí romperá la calle para sacar la superposición de capas de asfalto y cubrirla de nuevo. Las obras empezaron el domingo por la noche y se prevé que duren hasta el sábado 22.
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