
El estudio, elaborado por la Agencia de Protección de la Salud (HPA) del Reino Unido, analiza los datos correspondientes a 103 niños, a 85 de los cuales se les administró este fármaco por profilaxis después de que un compañero contrajera la gripe A.
De estos 85 niños, 45 experimentaron uno o varios efectos secundarios, siendo las náuseas el más habitual, seguido de dolores de estómago, vómitos, calambres y problemas de sueño.
El 18% de los que recibieron el tratamiento experimentó también "efectos secundarios neuropsiquiátricos", como mala concentración, incapacidad para pensar con claridad, insomnio, mareos, confusión, pesadillas y "comportamientos extraños", según lo definió la HPA.
El estudio, al que se puede acceder a través de la publicación 'Eurosurveillance', fue realizado entre los meses de abril y mayo, antes de que el Gobierno británico decidiera suspender el uso preventivo del Tamiflu frente a la gripe A.
En la actualidad, sólo aquellas personas diagnosticadas con la enfermedad o que presentan claros síntomas de haber contraído el virus son recetados con Tamiflu en el Reino Unido, el tercer país en número de contagios por detrás de Estados Unidos y México.
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