Carne gala para evitar adulteraciones. Francia ha optado por el
proteccionismo carnívoro para tranquilizar a los consumidores y evitar
que el escándalo de la carne de caballo se repita. Mientras el Gobierno defendió este sábado un etiquetado obligatorio del origen de la ternera en los productos ya cocinados, algunos grupos de distribución como Carrefour o Intermarché han aprovechado para sacar la bandera patria.
Carrefour ha indicado este sábado que en seis meses todos los platos cocinados de su marca sabrán a carne 100% francesa.
El grupo ha firmado un acuerdo con la Federación Nacional Bovina para
modificar los ingredientes e incorporar ternera de casa. Los precios
serán los mismos, según explicó Eric Bourgeois, director de productos
frescos del grupo.
También su competidor Intermarché ha hecho propósito de enmienda y certificará sus productos elaborados con ternera para tranquilizar a sus clientes. Igual que Findus, que se ha comprometido a incluir el sello de garantía de origen en sus platos cocinados con carne.
Hasta ahora los industriales están obligados a indicar el tipo de
carne, pero no el origen de la misma, en los platos preparados. Sólo una
modificación de las legislación europea puede obligarles a cambiar las
etiquetas. El ministro de Agricultura, Stephane Le Foll, abordará el
lunes en Bruselas con sus homólogos europeos la posibilidad de modificar la normativa actual.
Para Francia, una mayor transparencia tranquilizará a los
consumidores y evitará adulteraciones. Por eso también este sábado el
presidente francés, François Hollande, aprovechó la inauguración del salón de la agricultura para defender un etiquetado obligatorio en los productos elaborados con carne en el que se identifique el origen de la misma.
Medidas necesarias
"El consumidor debe saber de donde vienen los productos que compra",
ha dicho Hollande en la apertura de la 50 edición del salón. Según
explicó, en las próximas semanas coordinará junto con el ministro de
Agricultura las medidas necesarias para avanzar en la medida. Según Le
Foll, Alemania y Reino Unido están de acuerdo en mejorar el etiquetado de estos alimentos.
El escándalo de la carne equina se ha agravado en Francia después de que Reino Unido detectara la presencia de un antiinflamatorio
prescrito para los caballos y potencialmente dañino para la salud en
restos equinos enviados a París. El ministro de Agricultura anunció este
sábado que tres de las seis piezas llegadas de Reino Unido y que
contenían trazos de fenilbutazona se infiltraron en el mercado de la
carne y han entrado en la cadena alimentaria.
La fenilbutazona es un antiinflamatorio prescrito para los caballos para aliviarles el dolor en las articulaciones, y dañino para los humanos.
Según París, la alerta británica llegó tarde y los restos de caballo
fueron transformadas en productos destinados al consumo. Tras la alerta
dado por Londres se retiraron algunos de estos platos, pero otros "han
sido consumidos". Según el Gobierno francés el riesgo para la salud "es
menor".
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