Reuters
Estados Unidos está preocupado por la creciente capacidad de China para interrumpir el servicio de sus satélites militares y de inteligencia, a medida que Pekín busca expandir sus proyectos en el espacio, dijeron varias fuentes en Washington y expertos del sector aeroespacial.
Un informe clasificado de inteligencia estadounidense elaborado a
finales del año pasado analizó las numerosas actividades de China en el
espacio y detalló la creciente vulnerabilidad de los satélites de
Estados Unidos que proveen comunicaciones militares seguras, advierten
sobre lanzamiento de misiles enemigos y suministran coordenadas precisas
de posibles blancos, dijeron fuentes no autorizadas para hablar en
público.
"Fue una evaluación muy creíble y aleccionadora que ahora está
generando mucha actividad en diversos ámbitos", dijo un ex funcionario
del Gobierno familiarizado con los programas por satélite de seguridad
interior de Estados Unidos.
El informe de inteligencia activó la alarma sobre la capacidad de
Pekín de interrumpir las labores de satélites en las órbitas más
alejadas, lo cual pondría en riesgo buena parte de las actividades
aeroespaciales de mayor confidencialidad de Estados Unidos, según las
fuentes.
En los últimos años, China ha realizado numerosos experimentos antisatelitales en las órbitas más bajas.
Ante la alerta desatada, Washington está observando de cerca las
actividades chinas que puedan emplearse para afectar el funcionamiento
de los satélites estadounidenses. También ha instado a Pekín a no
repetir su maniobra de enero de 2007, que creó una enorme cantidad de
"basura espacial", dijo un funcionario de Defensa.
Los detalles sobre las últimas iniciativas de China que han generado inquietud siguen siendo clasificados.
SISTEMAS EEUU VULNERABLES
Hace seis años, China destruyó uno de sus satélites
meteorológicos caducos en la órbita cercana la Tierra, creando más de
10.000 piezas de escombros que suponen un riesgo para otras naves
espaciales. El gigante asiático realizó otra maniobra menos destructiva
en enero de 2010.
Fuentes del Gobierno estadounidenses dicen que las recientes labores
aeroespaciales de China forman parte de un importante proyecto de
modernización militar que ha llevado a Pekín a probar dos nuevos aviones
furtivos, a incrementar sus ciberataques contra redes informáticas
extranjeras y a lanzar más satélites comerciales y militares en 2012 que
Estados Unidos.
China todavía está rezagada ante Estados Unidos en la mayoría de los campos militares.
"Lo que estamos viendo es una mayor alerta por parte de Estados
Unidos de que China es una amenaza potencial y que tiene la tecnología
para ser una amenaza si deseara hacerlo", dijo Jonathan McDowell,
experto del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
"A medida que China se convierte en una superpotencia espacial, y
puesto que su programa espacial tiene un componente militar
significativo, es inevitable que Estados Unidos esté preocupado por las
amenazas a sus sistemas de satélites más valiosos, tanto si Pekín
pretende desplegar sistemas agresivos como si no", aseveró.
Expertos del sector aeroespacial y funcionarios estadounidenses
esperan que China continúe ensayando sus tecnologías antisatelitales,
aunque dudan que la maniobra de 2007 se repita, dada la amplia condena
internacional que originó.
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