Un brasileño les dio a sus
familiares el susto de sus vidas cuando asistió a su propio funeral en la casa
de su madre.
La familia se encontraba alrededor del ataúd que -pensaban- contenía los restos de Gilberto Araujo, un lavador de automóviles de 41 años, cuando este apareció de repente en la habitación y provocó que unas personas huyeran despavoridas y otras se desmayaran.
La familia se encontraba alrededor del ataúd que -pensaban- contenía los restos de Gilberto Araujo, un lavador de automóviles de 41 años, cuando este apareció de repente en la habitación y provocó que unas personas huyeran despavoridas y otras se desmayaran.
Se cree que el verdadero muerto, que al
parecer tenía rasgos muy similares a los de Gilberto, es otro lavador de autos
asesinado el fin de semana.
El responsable de la confusión resultó ser el
hermano de Gilberto. Él fue quien identificó el cadáver en la
morgue.
Jose Marcos Araujo explicó el error diciendo
que no había visto a su hermano en cuatro meses.
Resucita la felicidad
La noticia del fallecimiento de Gilberto se propagó
rápidamente y sus familiares y amigos se reunieron en la casa de su madre en el
pueblo de Alagoinhas, en el estado oriental de Bahía, para el
funeral.
El "difunto" no tardó en enterarse de su presunta
muerte.
"Un amigo me contó que había un ataúd y que yo estaba
adentro", explicó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario