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sábado, 4 de agosto de 2012

Media España se convierte al Islam para ahorrar en comida con la excusa del Ramadán


¡Si no puedes luchar contra el hambre, únete a ella! Este año, el Ramadán, el noveno mes del calendario lunar durante el cual los musulmanes practican el ayuno, vuelve a caer en verano. Aprovechando esta coincidencia, y conscientes de que la crisis en la que están sumidos les hará pasar más hambre que el Lazarillo de Tormes con hipertiroidismo, miles de españoles han decidido acometer un acto de fe: abrazar el Islam.

Entre el 21 de julio y el 19 de agosto, numerosos compatriotas que hasta ahora han vivido como puercos infieles a los ojos de Alláh, practicarán el Ramadán como medida de contención del gasto. Es el caso de Javier Rueda, un emprendedor de Huelva que se ha sumado a lo que él llama “Operación Bikini Halal”. «Mi novia y yo nos hemos quedado en el paro –confiesa Javier- y ahora nos reducen el subsidio por desempleo. Así que le dije: "Nena, o pasamos el verano alimentándonos de las bolsitas de ketchup del McDonalds, o nos hacemos musulmanes". ¡Y así lo hicimos! Nuestra decisión era firme, pero cuando vimos que nuestras fotos estaban impresas en las cajitas de los 'Happy Meal' bajo la inscripción “No entregar más ketchup a este par de perturbados”, nos hicimos musulmanes.»

La fe islámica representa un bote salvavidas para muchas familias. No solo económico y espiritual, sino también matrimonial. Así nos lo relata Ester Jovellanos: «Por una parte, apenas gastaré dinero en comida, con lo que ahorraré para las vacaciones y perderé peso, y por otra, la ley islámica me prohíbe tener sexo. ¿Usted ha visto a mi marido? ¡Todo son ventajas!»

Los representantes de la comunidad musulmana han puesto el grito en la montaña mahometana ante lo que consideran una falta de respeto hacia sus creencias: «No solo opinamos que se trata de una nueva demostración de la frivolidad religiosa occidental, sino que pensamos que es un robo. A mí me prometieron que en el Cielo tendría a siete vírgenes esperándome. ¡A ver si por culpa de estos muertos de hambre vamos a tener que repartírnoslas por turnos!». Pero ¿existe la posibilidad, por remota que sea, de que La Gran Rescesión acabe estrechando los lazos entre la comunidad islámica y la no musulmana? ¿Al final resultará que toda esta crisis sirve para algo? Y si éste es el designio de Dios, de Alláh o de Thor, ¿quiénes somos nosotros para contradecirlo? Nadie. Polvo. Pasto de gusanos y de zombies. Al fin y al cabo, mortales, si no podéis llenar vuestro estómago, alimentad vuestro espíritu, que sale más barato.

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