"Hay que mirar al pasado, volver a las tradiciones para conseguir que sea posible la convivencia entre leones y humanos. Probablemente ahí esté el secreto para conseguir terminar con un problema que tiene a los felinos hoy en peligro". La frase es del investigador Brent Stapelkamp, que dirige un programa financiado por la Universidad de Oxford para estudiar la vida de los leones en el parque Hwange en Zimbabue.
El programa, que se enmarca dentro de una campaña global de la Wildlife Conservation Research Unit (Wildcru), investiga desde hace más de una década el comportamiento de los leones y la posible evolución de la especie. "Desde que empezamos hemos conseguido algunos resultados sorprendentes: la población de felinos ha pasado de los 200 ejemplares de 2006 a los 450 de 2011", explica Brent Stapelkamp. La población de leones en África se estima ahora de entre 20.000 y 30.000 ejemplares.
Para controlar la especie algunos de los leones portan un collar que pesa dos kilos lo que permita tenerlos localizados por señales eléctricas y prever sus movimientos. "Este programa se puso en marcha en África primero con los masais. Se puso al collar a diversos ejemplares y se enseñó a los pastores a usar una pequeña antena que puede decir si hay leones a tres o cuatro kilómetros a la redonda y la dirección en la que vienen. De esa manera, los masais pueden llevar su ganado en la dirección opuesta y evitar el ataque de los leones, principal causa de muerte de este felino (cazados por humanos). Los matan los hombres que defienden su medio de subsistencia", dice Brent.
"Es importante entender que en algunas de las poblaciones rurales de aquí de Zimbabue dos cabras es el único patrimonio de una familia. Es su futuro y que un león las mate es un verdadero drama económico. ¿Por qué ahora se acercan más los leones a los poblados? Porque el león macho es territorial. Un macho domina una manada y un territorio de varios kilómetros a la redonda donde no puede entrar otro macho. Los leones jóvenes, si no pueden enfrentarse al macho alfa, tienen que buscar alimento a las afueras del parque, empujados también por una acción humana cada vez más beligerante en las áreas protegidas. Acaban entrando en aldeas y cazando ganado lo que supone que acaben siendo cazados por los pobladores", añade el experto en felinos.
Matar el macho dominante es malo
La ecuación es aún más complicada por aritmética natural. "Si se mata a un macho alfa se está matando quizá a 20 leones. Habrá un nuevo macho que domine la manada y que lo primero que hará es matar a la camada del anterior macho. La muerte de un león supone la muerte de varios ejemplares a la vez", comenta Stapelkamp.
¿La solución? "La solución es aprender del pasado. África ha tenido leones y humanos que han convivido durante siglos. Ahora se ha planteado un problema de sitio entre ambos. Vamos a empezar un programa de estudio para evaluar cómo era esa convivencia que les permitía vivir juntos. El león es una figura muy importante para asegurar la biodiversidad en los parques", concluye el biólogo.
Ya hay algunas primeras recomendaciones a la espera del trabajo etnográfico. "Quizá hay que indemnizar a los afectados por ataques de leones a su ganado y permitir así que el felino no acabe acorralado y desaparecido por la lucha entre los humanos y ellos provocada por la falta de espacio. La otra es involucrar a los jefes tribales y pobladores de las villas limítrofes en los parques en las tomas de decisiones y en el control de la fauna", afirma Brent Stapelkamp.
Para poder conseguir estos resultados de crecimiento de población felina el Wildcru observó que de 1999 a 2004 la caza de leones en Zimbabue por población local creció alarmantemente. Se pidió entonces una moratoria y prohibición de la caza que ha conseguido que casi se doble la especie desde 2005. Ahora el siguiente paso es lograr una convivencia natural entre el gran felino y los hombres.
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