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domingo, 4 de septiembre de 2011

"Boom" del erotismo en Uruguay

Todavía algunos van a paso rápido, pegados a la pared, y cuando llegan a la puerta se "tiran" para adentro. Otros, a pasos de la entrada, miran para todos lados. Los lentes negros son una constante. También están aquellos que llegan sin estrés al sex shop y entran con naturalidad. Es Uruguay y esto de la "boutique" del sexo ha entrado de a poco, aunque solo entre el Centro y Pocitos hay más de 20 locales. Dentro está todo preparado para que el cliente se distienda. "Al que anda mal en el sexo se le nota en la cara. Nosotros tratamos que la gente se sienta cómoda. Muchos vienen por primera vez y hay que ayudar a dejar los prejuicios de lado. Muchos sienten que están cometiendo un delito. A veces la estrategia es acompañarlos, otras veces mejor que recorran solos. Generalmente ya vienen con una idea, con una fantasía que buscan y hay que ayudarlos a que la cuenten", dice Matías rodeado de consoladores, vibradores, muñecas de goma, bolitas chinas, gel, arnés con penes de silicona, esposas, látigos, lubricantes, y hasta puf con consoladores incluidos.

Cuando Adán y Eva se taparon "aquello" con la hoja de parra, cubriendo solo una parte del cuerpo desnudo, ambiguamente llamaron la atención sobre lo que pretendían ocultar. Desde entonces la humanidad ha tratado de resolver esa contradicción de aceptación y rechazo, las cosas han ido cambiando, hasta en Uruguay. "La mayoría de los clientes que tenemos son mujeres solas de entre 25 y 50 años. Después le siguen las parejas", cuenta Matías de Boutique Erótica, Centro, donde se atienden a unos 50 clientes por día. Muchos son envíos a domicilio, porque las ventas por Internet son numerosas. Pablo de Kisme coincide en la presencia de mujeres.

"Se nota un incremento en clientes nuevos, la mayoría mujeres", indicó.

"Fui con una amiga porque no me animaba a ir a sola. Era el cumpleaños de mi novio y quería regalarle algo que ya lo habíamos hablado. Compré un vibrador", contó Adriana, de 43 años a LA REPÚBLICA admitiendo que fue un regalo para los dos. "Era la primera vez, pero nos trataron muy bien y enseguida me aflojé. Nosotros lo usamos como juego previo", dijo Adriana. Asumir el sexo como una instancia de placer es asumirlo también en toda su dimensión lúdica. De allí que se les llamen "juguetes". De hecho uno de los picos de venta se da los días del niño.

Dentro de estos "juguetes" el consolador es el más antiguo sin duda y se mantiene siempre entre los primeros lugares de venta. Pero hoy la aplicación de la ciencia, la tecnología y la creatividad hacen que la oferta se renueve y perfeccione a cada día. Hay consoladores desde $ 400, la calidad de la silicona reproduce la piel humana con la temperatura y todo y hasta algunos se promocionan "para pellizcar". Hay vibradores desde $ 1.000 alguno giratorios, de colores y hasta con control remoto, ahora está en auge "El conejito", que aseguran, hace maravillas con sus orejitas. Las bolitas chinas tienen toda esa extrañeza oriental, son bolas ligadas a un hilo que se introducen en ano o vagina, andan entre los $ 600 y los $ 2.000. Muchas mujeres usan unas bolitas que son dos y las llevan puestas a trabajar, para salir a correr, hacer yoga, etc.. Se dice que sensibilizan especialmente. Lo más sofisticado y caro cuesta unos $ 6.000. Se trata de "el mejor vibrador del mundo", al decir de Matías. Es en forma de U y toca el punto G de la mujer al tiempo que permite ser penetrada.

En su trabajo a veces Matías hace de confesor y consejero. "Un cliente llegó porque había sido operado y la convalecencia de meses no le permitía tener relaciones. Tenía miedo por su matrimonio pero nunca habían usado nada. Le aconsejé un pequeño vibrador. Al tiempo vino a regalarme un caja de bombones diciéndome que le había salvado el matrimonio. Es que los hombres, por más buenos que sean en la cama, no vibran" acotó sabiamente Matías.

"Tuppe" sex

* Una de las formas de comprar recuerda a una conocida marca que organizaba reuniones en casa de vecinas para venderles bols de plástico y cosas por el estilo.

Es muy similar pero las viandas de plástico se trocan por consoladores y vibradores, por ejemplo.

Algunos locales llevan unos 80 artículos y una especialista que explica cómo usarlos. A veces incluso toman forma de show y se contratan para despedidas de soltero/a.

CONSEJOS

"Al que anda mal en el sexo se le nota en la cara".

"Un hombre puede ser muy bueno en la cama pero no vibra".

"La mayoría de los clientes son mujeres solas de entre 25 y 50 años, le siguen las parejas".

"Le aconsejé un pequeño consolador. Al tiempo vino a regalarme una caja de bombones diciéndome que le había salvado el matrimonio".

El primero en el mundo

* El primer sex shop del mundo se instaló en 1962 en la ciudad alemana de Flensburg.

Beate Rotermund, una antigua piloto de la Luftwafe (fuerza aérea alemana), fue la promotora de este negocio que se inició vendiendo artículos eróticos por correo.

La empresa Beate cuenta ahora con 650 empleados, factura 50 millones de euros al año y más de 500 empresas dependen de sus ventas.

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