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lunes, 19 de septiembre de 2011

Levante 1 Real Madrid 0 : Pesadilla blanca en Valencia


Al Madrid no le salió nada en Valencia y llegó la primera derrota en Liga. La primera de esta temporada. En un campo hostil y en el que el equipo blanco mostró su peor cara en lo poco que va de temporada. Con Cristiano y Özil de inicio en el banquillo, el Madrid estuvo perdido. Xabi Alonso no apareció por el Ciudat de Valencia y su equipo lo acusó mucho. Demasiado. Hasta desesperarse y entrar en el juego que quería el Levante. Parones en el juego, tánganas, empujones y en el que salió derrotado en cada 'guerrilla'. Antes del descanso, Khedira picó en el juego azulgrana y Turienzo Álvarez, que tuvo una mala actuación, le mandó directo al vestuario por doble amarilla tras un empujón a Ballesteros. Ese fue el principio de la pesadilla del Real Madrid en Valencia. La primera de una Liga, que por lo menos, todavía no es de dos. [Narración y estadísticas]

El Levante sacó del partido al Madrid. No le había costado demasiado. En cada balón suelto, los jugadores del Levante invitaban a la guerra cuerpo a cuerpo. Y el Madrid acabó por picar. Se olvidó de jugar al fútbol y se fueron creando roces por todas las zonas del campo que estallaron cinco minutos antes del descanso. Di María se levantó enfadado tras una falta que no señaló el árbitro y corrió hacia Nano para tirarse al suelo y devolverle la acción. Ahí empezó el fin del Madrid en Valencia. El argentino, como en las mejores películas, simuló un manotazo en la cara de Iborra. Ni le acarició. A Ballesteros le gustó el papel que se había montado Di María y al notar la mano de Khedira se tiró al suelo fingiendo el empujón. El alemán había caído en la trampa del Levante y Turienzo Álvarez, con el reglamento en la mano, decidió sacarle la segunda amarilla y dejar al Madrid con uno menos. El Levante ya tenía su oportunidad de tumbar al Madrid.

Con uno menos, Mourinho recurrió a Cristiano Ronaldo para empezar el segundo acto. 45 minutos sin el portugués habían sido demasiados y en los metros finales el Madrid lo notó. Kaká, que fue su recambio como titular, no entró nunca en el partido y pasó de puntillas en un encuentro en el que el Madrid le necesitaba. El brasileño pudo haber marcado en dos ocasiones en la primera parte pero sigue sin encontrar su sitio. Y eso que Benzema, en el descanso le dejó su puesto a Ronaldo, puso todo de su parte. El francés se tiró a las bandas y dejó muchos espacios para que los pudiera aprovechar. Kaká los encontró pero estuvo mal en la definición. El '9' del Madrid también pudo haber cambiado el encuentro. Munúa, muy inseguro en las salidas, dejó al francés el balón con la portería desguarnecida. Ballesteros evitó el tanto bajo palos.

Pero Cristiano tampoco fue la solución. A la vuelta de los vestuarios, con uno menos, y todavía empatados, no llegó la reacción del Madrid. La mala primera parte se sumó a una segunda todavía peor. Xabi Alonso siguió sin coger los mandos del equipo y el Levante fue, poco a poco, estirándose para llegar a Casillas. Los de Juan Ignacio Martínez se lo creyeron y tras un aviso de Juanlu, llegó el tanto de Koné. Javi Venta aprovechó la autopista que le dejaron por la derecha y se coló hasta el final. Allí, se la pasó a Koné que esperaba en el punto de penalti. El marfileño, de puntera, fusiló a Casillas. Al Madrid se le habían roto todos los esquemas y todavía le quedaba lo peor del mal sueño. El conjunto blanco estaba desquiciado y ya era tarde para volver en sí.

Mourinho probó con todo lo que tenía en el banquillo. Higuaín y Özil tampoco aportaron nada nuevo. El Madrid presionó a Munúa pero tampoco le llegó a meter miedo. No hubo ocasiones claras en la segunda parte para conseguir el empate. Balones aéreos pero sin encontrar remate. Demasiado poco para un Madrid que seguía pensando en el árbitro y en echarles en cara a los jugadores del Levante su actuación. Turienzo Álvarez no colaboró en el juego. Siempre intentó compensar cada jugada y fue sumando error tras error. Hasta comerse una mano de Iborra dentro del área. Un penalti del que el Madrid no se dio cuenta sobre el césped.

El Madrid no salió de esa espiral en la que el Levante le había metido. Siempre se encontraba con la misma respuesta. No pensaba con claridad y ni en los minutos finales acabó en el área de Munúa. Aranda, que salió para aguantar el balón, retuvo a los blancos atrás. Al final, el partido acabó en campo del Madrid. Ni siquiera tuvo una última oportunidad para empatar. El Madrid sabía que algún día llegaría la derrota en Liga pero no tan pronto.

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