Estados Unidos desperdició entre 31.000 y 60.000 millones de dólares en las guerras de Irak y Afganistán en la última década debido a problemas como la escasa supervisión de contratistas, corrupción y mala planificación, según un informe divulgado ayer.
Al presentar el informe, Katherine Schinasi, miembro de la Comisión sobre Contratos de Guerra, señaló durante la rueda de prensa que eso significa que “todos los días se desperdician 12 millones de dólares”. El informe, titulado “Transformando los contratos en época de guerra: control de costos, reducción de riesgos” y enfocado en el período 2001-2011, es producto de tres años de investigación y resume datos ya divulgados en otros estudios.
“El gobierno no estaba preparado para ir a la guerra con Afganistán en 2001 e Irak en 2003 empleando a un gran número de contratistas civiles”, y es todavía incapaz de suministrar la gestión efectiva y supervisión de un gasto que se prevé superará los 206.000 millones de dólares para fines del año fiscal 2011, agregó Michael Thibault, copresidente de la Comisión y ex director de la Agencia de Auditoría de Contratos de Defensa. Thibault aseguró que, según la investigación, el gasto excesivo representa entre “un 10 por ciento y un 20 por ciento de ese total”, y que el fraude “entre el 5 por ciento y el 9 por ciento”.
La mayor parte de este dinero se debe a deficiencias a la hora de revisar contratos, proyectos insostenibles o duplicados, negociaciones inadecuadas e irregulares, o auditorías retrasadas, según el análisis.
“Hay muchas causas y no existe una solución simple”, indica el informe, que aporta una quincena de recomendaciones entre las que destacan un aumento del número de auditores, reformas al sistema de contrataciones y una mejor supervisión de los proyectos desde su inicio hasta su finalización. Existen más de 260.000 contratistas que trabajan para el ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
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