Las periodistas mexicanas Marcela Yarce, de la revista de investigación 'Contralínea', y Rocío González Trápaga, quien trabajó varios años para la cadena Televisa, fueron asesinadas y sus cuerpos fueron hallados el jueves en un jardín del sureste de la capital mexicana.
El director de la revista Contralínea, Miguel Badillo, informó a Efe de que las dos desaparecieron el miércoles por la noche y este jueves fueron halladas en un parque de la delegación Iztapalapa. Fuentes cercanas a la revista dijeron que las mujeres aparecieron estranguladas y desnudas.
"No sabemos por qué", dijo Badillo consternado por la muerte de sus compañeras, quienes "eran muy amigas y habían quedado en verse anoche" y después ya no se supo de ellas, hasta el jueves por la mañana cuando sus cadáveres fueron encontrados en Iztapalapa.
"Quienes integramos el equipo de periodistas de este medio de comunicación, con profunda tristeza pero también con indignación, exigimos a las autoridades el esclarecimiento de estos lamentables hechos. Nos unimos a la pena que embarga a familiares y amigos de las dos periodistas y reclamamos justicia", concluyó la revista.
'Contralínea', con nueve años de vida, ha abordado temas espinosos de corrupción y sus trabajadores han sido acosados. El año pasado desconocidos ingresaron a las oficinas de Contralínea, en la Ciudad de México, y robaron material periodístico y contable, además de la computadora portátil del director. A los periodistas de esa publicación se les han otorgado medidas cautelares.
México es considerado el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo. El pasado 25 de agosto fue asesinado en Sinaloa, noroeste del país, el periodista Humberto Millán Salazar, secuestrado un día antes. Con la muerte de estas dos reporteras, suman 74 los informadores mexicanos asesinados desde el año 2000, según datos de organizaciones humanitarias.
'Impunidad rampante
Para la organización Article19 los periodistas en México están en una situación de alerta por la "impunidad rampante", lo que da una señal a los "perpetradores de que (matar a un periodista) no tiene ninguna consecuencia".
"Esta falta de protección del Estado mexicano ha generado que los periodistas tengan que optar por un silencio lacerante para el derecho que tiene la sociedad a la información", dijo a Efe Darío Ramírez, director de Article19 para México y Centroamérica.
Ante este panorama de inseguridad, "va colocando a la prensa en un rincón, donde está quedando amordazada, silenciada y con justificable miedo", dijo Ramírez. "El mantener este nivel de violencia contra la prensa está generando un nivel de desinformación clara, independientemente de que los móviles no los conozcamos. El mensaje es claro: buscar el silencio de este sector", agregó.
El director de Article19-México destacó que estos son los primeros crímenes en casi tres décadas, después del asesinato en 1984 del columnista Manuel Buendía, cometidos contra periodistas en la capital mexicana. "La vulnerabilidad de la prensa en México siempre ha estado fuera de las grandes urbes, principalmente de Ciudad de México. En provincias la vulnerabilidad es mayor", destacó.
Según Article19, son ya ocho las muertes violentas de periodistas mexicanos en lo que va de este año, mientras que desde 2000 a la fecha son 74, además 11 desaparecidos desde 2003. En los últimos tres años la organización ha promovido el exilio de nueve informadores que estaban amenazados.
Mariano Morales, del consejo de la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex), dijo que la impunidad que impera en los asesinatos de periodistas alienta los crímenes contra éstos. Indicó que en los asesinatos de los periodistas se dan en un contexto de "aguas revueltas" en las que se pueden encubrir algunos de estos hechos como una acción del crimen organizado.
"Lamentablemente" estos asesinatos "pueden seguir si se mantiene la impunidad", agregó Morales al señalar que son pocos los casos que se resuelven.
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