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sábado, 13 de agosto de 2011

Cesc Fábregas : Historia de un regreso


Allá por el otoño de 2008, un jovencísimo Fábregas espetó unas palabras que desencadenarían una historia llena de incertidumbres pero con un final irremediable para algunos y anhelado para otros. "Sería un sueño regresar algún día al Barcelona", comentó aquel octubre fatídico para Wenger que, si bien, dada su veteranía, ya presagiaba lo que se cocía a sus espaldas. El técnico francés le otorgó ese mismo año la capitanía del mítico Arsenal en un intento por arraigar aún más los sentimientos del catalán en el conjunto 'gunner'. "Decidí darlo todo por el Arsenal y no tiro las cosas así como así, me gustaría intentar ganar más títulos aquí, aunque el año que viene, ya veremos". Sólo tenía 21 años y Wenger consiguió apaciguar el codicioso sueño de su 'Golden boy'.

Bombazo informativo. El 31 de mayo de 2009 salta la noticia. "El Barça podría preparar 45 millones para fichar a Cesc Fábregas". 45 millones, una cifra muy alejada de los 857.000 euros por los que el Arsenal se hizo con los servicios del jugador cuando tenía 16 años. A partir de entonces numerosos fueron los rumores que colocaban al catalán fuera del Arsenal, aunque sus dos 'padres' en seguida salieron al paso para intentar zanjar el debate. Uno más que otro. "El Barça está perdiendo el tiempo con Cesc", aseguraba su padre futbolístico. "Si quieren a Cesc, que nos den a Messi", bromeaba Wenger. Su padre biológico, en un intento por apaciguar las aguas, dejó al descubierto el verdadero sentimiento de su hijo. "Sinceramente, creo que no se producirá este fichaje por el Barça", a lo que añadió: "Cesc es catalán y 'culé', y evidentemente esto siempre lo lleva dentro".

Todo esto ocurría en el verano de 2009, primer episodio del culebrón Cesc. En septiembre de ese mismo año se le vincuó a la candidatura de Rosell pero el jugador negó rotundamente que fuera su baza electoral. Rosell llegó y no de la mano de Fábregas sino de la de Adriano y Mascherano.

Cuando todo parecía más o menos estable, el Real Madrid saltó a escena con una supuesta oferta de 50 millones por el capitán del Arsenal para acompañar a un recién llegado Xabi Alonso en la medular. Pero 2009 llegó a su fin, y Fábregas seguía en la Premier.

El siguiente año no podía empezar de otra manera y en febrero de 2010 Cesc vuelve a hacer un guiño a su equipo de toda la vida: "Nunca he ocultado que me gustaría volver". Comenzaba así el segundo episodio de la historia. "Desde que tenía nueve meses iba al Camp Nou. Toda la vida me la pasé vistiendo esos colores". El revuelo que se levantó en 'Can Barça' con estas declaraciones llegó a molestar y mucho en el Arsenal. Pese a que desde Londres negaban por activa y por pasiva el fichaje, todo indicaba que al final de esa misma temporada el traspaso sería algo inevitable.

Llegó el Mundial y con él una subida de precio. El Arsenal se posicionó en 70 millones. Las declaraciones previas de jugadores del Barça sobre Cesc y el evidente interés del club catalán hicieron crecerse al club londinense. Tras la aventura de Sudáfrica, sus futuros compañeros, Puyol y Piqué, consiguieron sonrojarle enfundándole la zamarra azulgrana. Pero ni por esas. Cesc volvió a entrenarse con el Arsenal. Dividido sentimentalmente, el jugador optó por decidirse del lado de quien apostó todo por él cuando no era nadie en el mundo del fútbol.

El tercer y último episodio es bien conocido y data de este mismo verano. Durante el presente año se han sucedido las declaraciones de futbolistas azulgranas suspirando por la llegada del centrocampista para desesperación de Arsene Wenger. Ni su precio, ni la figura emergente de Thiago y, esta vez, ni las estrategias del entrenador 'gunner' han podido alargar más el final de la historia. Cesc volverá a ser del Fútbol Club Barcelona. Como estaba escrito.

Nunca pudo con su Barça

Final de la Champions de 2006. Cesc, titular ante el equipo de sus amores. Pero como en toda historia romántica que se precie, llegó el primer desengaño. El Arsenal cae por 2-1 en la histórica final de París para el conjunto dirigido por Franklin Rijkaard.

El equipo azulgrana sería el encargado de eliminarles en la temporada 2009-2010 en cuartos de final, esta vez a las órdenes de Pep Guardiola, pese al gol que logró Cesc en el partido de ida en Londres lanzando un fatídico penalti que le costaría perderse la vuelta. 'Tengo la pierna rota y el corazón también', reconoció al término del partido de ida. Su vuelta al Camp Nou no se produjo hasta la pasada campaña.

Mismos protagonistas, misma historia, pero en esta ocasión en octavos de final. El Arsenal volvía a encontrarse con el Barcelona y Cesc tuvo una noche aciaga en el Camp Nou. Falló en el primer gol del Barça, estuvo ausente todo el partido y además le pitaron cuando fue sustituído. Reconoció volver a jugar lesionado desde que en el minuto 15 sintiera un pinchazo. Forzar esa noche casi le cuesta el Mundial, al que llegó muy tocado, pero aquel día el jugador debió pensar que por el Barça, era capaz de todo.

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