Según la agencia, el subsecretario de Estado, James Steinberg, dijo que las sanciones impedirán a PDVSA tener acceso a contratos con el gobierno norteamericano y a financiamiento para importar y exportar.
Steinberg aseguró que la imposición de sanciones unilaterales “no afectará” las ventas de petróleo de la empresa venezolana a Estados Unidos ni las actividades de sus subsidiarias.
En 2010, PDVSA fue el quinto proveedor de petróleo de Estados Unidos.
De acuerdo con Reuters "el Departamento de Estado también anunció sanciones adicionales a una serie de empresas de China, Siria, Irán y Bielorrusia por supuestas actividades de proliferación nuclear, que involucraron tanto a Irán como a Corea del Norte".
Luego del anuncio, la corresponsal de Telesur en Washington, Andrea Arenas, señaló que las sanciones “son por contratos con el gobierno de los Estados Unidos pero no con las compañías privadas norteamericanas”.
“Si son contratos privados, no habría ninguna interrupción de la compra venta”, por lo que no se prevé una interrupción en el suministro por parte de Venezuela al territorio norteamericano, señaló la periodista.
Arenas enfatizó que el Departamento de Estado no ofreció prueba alguna que sustentara las acusaciones contra las petroleras para justificar la medida.
Estimó que “no es un buen momento” para que el gobierno norteamericano imponga ese tipo de acciones unilaterales porque pudiera significar que “los precios (del crudo) seguirán subiendo” y “si aumenta aún más la gasolina sí habrá consecuencias negativas en este país (Estados Unidos), que atraviesa por una crisis económica y enfrenta una doble recesión”.
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