Karen Butler se sometió hace algo más de un año a una intervención quirúrgica oral y se despertó de la anestesia con un cambio en su vida. Esta mujer estadounidense de 56 años salió de la operación hablando con un marcado acento irlandés, a pesar de ser oriunda de Oregón. ¿Qué le ocurrió? Según los expertos, una alteración muy infrecuente sobre la que apenas se ha estudiado: Síndrome del Acento Extranjero. En el mundo no hay más de 100 personas afectadas, entre ellas una española.
Hace unos ocho años, "la sección de Neurología del Hospital General de Castellón nos remitió a una mujer [española, de 51 años] con este problema", señala César Ávila, profesor de Psicología de la Universidad Jaume I, en Castellón (Comunidad Valenciana). "Tenía antecedentes familiares de esquizofrenia y algún episodio de depresión. Existía la posibilidad de que estuviera simulando su nuevo acento y, por aquel entonces, no había casos publicados de este síndrome".
Después de evaluarla desde el punto de vista neuropsicológico y comprobar que cognitivamente estaba bien, había que buscar una explicación. "Conseguimos averiguar que existían más personas en su misma situación", apunta el experto. La primera, en 1907, diagnosticada por el neurólogo francés Pierre Marie.
Como expone el especialista español a ELMUNDO.es, "estos casos se acostumbran a valorar con oyentes. A la mayoría les parecía que la paciente de Castellón tenía acento francés, a otros, sin embargo, les recordaba más al inglés e incluso al alemán o al árabe. Es muy subjetivo y no hay un patrón muy claro". Pero, ¿por qué le ocurre esto?
Según relata este mismo psicólogo en un artículo publicado en 2003 en la revista 'Neurología', después de hacer un repaso de todos los casos conocidos, "vimos que este síndrome no se ha asociado con la lesión de un sitio específico del cerebro, sino que diversas lesiones corticales de pequeño tamaño pueden producirlo". En concreto, la mujer española presentaba una lesión subcortical en el hemisferio derecho (observada a través de resonancia magnética) después de haber sufrido un accidente vascular. Fue a partir de entonces cuando comenzó a hablar su lengua materna como si fuera una extranjera.
"Hablar implica la acción coordinada de un centenar de músculos vinculados a grupos independientes e invervados por distintos nervios craneales. Ciertos desajustes críticos, por pequeños que sean, tienen consecuencias acústicas que pueden ser detectadas inmediatamente por los oyentes de una lengua", asevera César Ávila.
Esta situación influye emocionalmente. Ávila incluye en su artículo las palabras de un experto europeo especializado en trastornos del habla causados por lesiones neurológicas: "El paciente se enfrenta en su entorno no tanto a situaciones propias de un enfermo sino a las propias de un hablante extranjero. Pierde de forma brusca la identidad personal y el sentimiento de pertenencia a su comunidad parlante oriunda".
A la paciente española, "le creó muchos problemas. Oírse y no reconocerse es como mirarse al espejo y ver a otra persona. Esto le generaba depresiones. Es difícil de llevar, sobre todo en una ciudad pequeña, como es Castellón", argumenta el psicólogo.
Es una situación a la que poco a poco tiene que adaptarse, ya que no "no somos muy optimistas acerca de la evolución futura del acento patológico, al menos en lo que se refiere a su completa desaparición", asume César Ávila. De hecho, en la mayoría de los trabajos publicados se indica su persistencia años después y en el caso de la mujer de Castellón, tampoco ha mostrado mejoría. "El habla se practica todos los días. Es muy difícil trabajarlo para volver al acento materno. Se hacen intentos con ejercicios para modificar la voz, de articulación vocálica, etc., pero no se han referido cambios. De momento, no se conocen tratamientos para este cuadro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario