La enésima matanza de civiles –cuatro; de ellos, dos mujeres– en un ataque nocturno de las fuerzas especiales americanas, desató un violento levantamiento en Taloqan, en la provincia septentrional afgana de Takhar, bajo mando alemán.
Esta mañana, tres mil personas armadas con hachas, azadones y palos marcharon en la ciudad con los cuatro cadáveres. Al grito de “Muerte a América” y “Muerte a Karzai” quemaron coches, saquearon comercios, destruyeron oficinas y finalmente asaltaron la base local de la ISAF, lanzando piedras y bombas incendiarias sobre los muros de los cuarteles e hiriendo levemente a dos soldados de la Bundeswehr. La policía afgana, y más tarde también los soldados alemanes, abrió fuego contra los manifestantes, provocando una nueva tragedia: al menos doce muertos y ochenta heridos.
“No hay más camas ni habitaciones libres en el hospital, está lleno de heridos'”, dijo a Reuters Hassan Basij, director provincial de sanidad. El jefe de la policía provincial Shah Jahan Noori afirmó que la revuelta ha terminado, pero que la situación sigue siendo muy tensa en la ciudad, manifestándose él mismo indignado por las continuas víctimas civiles de las fuerzas de la OTAN: “Condeno con toda energía estas brutales operaciones que sólo matan a civiles, creando así una distancia cada vez mayor entre la población, por un lado, y el gobierno y sus socios internacionales, por el otro.”
El comandante Noori ha desmentido la versión oficial dada por la OTAN sobre las víctimas de la incursión de la noche del martes, que se produjo en el pueblo de Gawmal, según la cual las cuatro víctimas no eran civiles afganos sino guerrilleros del Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU), entre ellos las dos mujeres, que fueron muertos sólo después de que abrieran fuego de ametralladoras y pistolas contra los soldados estadounidenses.
“Las víctimas eran civiles, todos afganos, dijo el jefe de la policía, que explica que “no hay insurgentes en la zona”, ni talibanes ni grupos extranjeros vinculados a éstos.
Las guerrilleras muertas en Afganistán en los últimos años pueden contarse con los dedos de una mano, porque los talibanes y otros grupos insurgentes pastunes no enrolan a mujeres. De hecho, las víctimas eran todas extranjeras (caucásicas y de Asia Central.) Sin embargo, el Movimiento Islámico de Uzbekistán, integrado por uzbecos, tayikos, kirguíses, afganos, pakistaníes, chechenios, uigures, tiene entre sus filas tanto “muyahidines” como “mujahidats”, es decir, mujeres combatientes por lo general utilizadas en los ataques suicidas.
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