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miércoles, 18 de mayo de 2011

Cesáreas para las ricas


Las mujeres del estatus social más elevado tienen un 35% más de posibilidades de tener un parto por cesárea selectiva que las de la capa social más baja. Este dato, extraido de un estudio realizado en Escocia, arroja información sobre el incremento de las cesáreas, que afecta sobre todo a los países desarrollados.

También en nuestro país aumentan estas intervenciones. En el periodo de 2000 a 2005, la incidencia de cesáreas pasó de un 19,51 a un 22,26% en los hospitales públicos y de un 30,8% a un 36,44% en los privados, según un informe elaborado por el Grupo Atlas de Variaciones en la Práctica Médica dentro del Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud.

Esta tendencia, impulsada por diversos factores, parece tener un componente social, tal y como sugieren varios estudios. "En España -indican los autores de la investigación escocesa- las mujeres que no pertenecen a trabajos con carga física son más propensas a tener un parto por cesárea". Fenómenos similares a éste se han observado en Noruega, Reino Unido, etc.

Una alternativa cada vez más popular

El trabajo, presentado en las páginas de 'BMC Public Health', avala esta relación entre la posición social y la tendencia a la medicalización de los partos. Los autores analizaron más de 360.000 nacimientos que tuvieron lugar en Escocia en tres periodos distintos: 1980-81, 1990-91 y 1999-2000.

Utilizaron la ocupación del padre o de la madre y el lugar de residencia como medidores de la condición social y analizaron su relación con las cesáreas. Tal y como ya se sabía, en la década de los 80, las mujeres de capas sociales más desfavorecidas eran las que más se sometían a esta intervención (ya fuera de urgencia o selectiva).

Esta diferencia, sin embargo, desaparece en los años 90 y se invierte en el último periodo analizado. En esa época, el riesgo de someterse a una cesárea selectiva de una mujer de la clase social más alta era un 35% más elevado que el de una de la clase más baja. Las operaciones de urgencia no variaron.

Una intervención banalizada

Uno de los factores que podría explicar este fenómeno es que "hay muchas mujeres que no quieren parir", asegura María Ángeles Rodríguez Rozalén, presidenta de la Asociación Nacional de Matronas. "La cesárea se ha convertido en una forma alternativa de parto y a raíz de la Ley de Autonomía del Paciente, si alguien te pide una, se la tienes que hacer", añade.

"El problema es que se ha banalizado tanto la cesárea que no hay percepción de que sea más peligrosa que el parto natural", apunta Marta Parra, presidenta de asociación El Parto es Nuestro. "Se ha frivolizado hasta el punto de que la sociedad no está concienciada de los problemas que acarrea -subraya- y como parece que da igual, muchas mujeres la eligen".

Estos datos indican un mayor número de intervenciones en ausencia de motivos médicos entre las mujeres más acomodadas, una situación sobre la que la Organización Mundial de la Salud advirtió el año pasado entre otras razones porque el riesgo de mortalidad de la madre se multiplica por siete.

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