La Habana, 20 mar (PL) Morfeo, el mítico personaje dueño del sueño y de las noches, robará hoy una hora a los cubanos cuando el país caribeño adopte el horario de verano con el declarado propósito de ahorrar electricidad.
Los antillanos tuvieron que adelantar esta madrugada una hora sus relojes para colocarse a cuatro del meridiano de Greenwich ó 0 grados, una opción que permite aprovechar más la luz solar, especialmente en la tarde.
De este modo el héroe de las mitologías griega y romana retendrá los 60 minutos perdidos del calendario hasta devolverlos en octubre próximo, cuando debe recuperarse el huso horario oficial de la nación de 11,2 millones de habitantes.
El cambio, como es costumbre aquí, está matizado por llamados al ahorro de energía eléctrica sobre todo en momentos de plena aplicación de un incremento en las facturas eléctricas para el cinco por ciento de los hogares cubanos, los más gastadores.
La práctica de emplear el horario de verano se impuso en gran parte del mundo tras la crisis energética mundial de 1973, pero antes de esa fecha se aplicó en ocasión de las dos conflagraciones mundiales.
Alemania fue la primera en emplearlo en 1916 y Cuba lo aplicó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero después lo abandonó hasta la pasada década de los 60.
La modificación se lleva a cabo dos veces al año -por lo general en marzo y octubre- lo cual permite adaptar las actividades humanas al ciclo de luz solar para lograr una mayor independencia de la electricidad.
La Habana mantuvo sin cambios el horario de verano de 2004 a 2006 por dificultades en la generación de energía. Otros países -sobre todo los más alejados del ecuador- mantienen una hora adelantada de manera permanente.
Los antillanos tuvieron que adelantar esta madrugada una hora sus relojes para colocarse a cuatro del meridiano de Greenwich ó 0 grados, una opción que permite aprovechar más la luz solar, especialmente en la tarde.
De este modo el héroe de las mitologías griega y romana retendrá los 60 minutos perdidos del calendario hasta devolverlos en octubre próximo, cuando debe recuperarse el huso horario oficial de la nación de 11,2 millones de habitantes.
El cambio, como es costumbre aquí, está matizado por llamados al ahorro de energía eléctrica sobre todo en momentos de plena aplicación de un incremento en las facturas eléctricas para el cinco por ciento de los hogares cubanos, los más gastadores.
La práctica de emplear el horario de verano se impuso en gran parte del mundo tras la crisis energética mundial de 1973, pero antes de esa fecha se aplicó en ocasión de las dos conflagraciones mundiales.
Alemania fue la primera en emplearlo en 1916 y Cuba lo aplicó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero después lo abandonó hasta la pasada década de los 60.
La modificación se lleva a cabo dos veces al año -por lo general en marzo y octubre- lo cual permite adaptar las actividades humanas al ciclo de luz solar para lograr una mayor independencia de la electricidad.
La Habana mantuvo sin cambios el horario de verano de 2004 a 2006 por dificultades en la generación de energía. Otros países -sobre todo los más alejados del ecuador- mantienen una hora adelantada de manera permanente.
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