El hallazgo le ha privado de su nombre, Alavesia, ya que sus descubridores -Bradley Sinclair y Ashley Kirk-Spriggs- la han reubicado en la familia Atelestidae en el trabajo publicado en la revista Systematic Entomology, tras haber podido estudiarla con más detalle que en el ámbar.
El descubrimiento de una criatura viva que los expertos creían extinguida desde hace millones de años permite albergar esperanzas de descubrir otro mundo perdido en el macizo montañoso Brandberg, la zona de Namibia donde se ha realizado el descubrimiento, que parece ser un refugio de formas primitivas.
El macizo Brandberg, situado en la región del Damaraland al noroeste del desierto de Namibia cerca de la costa, es una espectacular intrusión granítica circular de 650 kilómetros cuadrados, encajada en medio del desierto de Namibia. Ya hace algunos años aparecieron en esta zona los primeros ejemplares vivientes del orden de insectos mantofásmidos, que se conocían previamente como fósiles en ámbar báltico, estudio en el que también intervinieron miembros del equipo español. Posiblemente esta región sea como una ventana a tiempos remotos donde los insectos habrían seguido una evolución sin grandes cambios, seguramente por aislamiento.
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