Al menos nueve personas han muerto y 23 han resultado heridas por la explosión de un coche bomba conducido por un suicida en un mercado de la ciudad noroccidental paquistaní de Peshawar, según una fuente policial.
El atentado tuvo lugar en el barrio de Badbair, cerca de un puesto policial, según la fuente, que no pudo especificar si entre los fallecidos hay agentes de la Policía.
Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona y el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, tras condenar el ataque, reiteró el compromiso de su Gobierno de acabar con el terrorismo.
Hace dos días, seis personas murieron, entre ellas cuatro policías, y 18 resultaron heridas en otro ataque suicida y una explosión posterior registradas también en Peshawar, la capital de la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa (KPK).
Tanto la montañosa KPK como las adyacentes áreas tribales, que colindan con Afganistán, son una de las zonas más golpeadas por el terrorismo en Pakistán.
De Peshawar sale la carretera que lleva al estratégico paso de Khyber, que conecta con Afganistán, donde grupos insurgentes y criminales luchan por el control de una vía por la que circulan los suministros para las tropas internacionales desplegadas en el país vecino.
El Ejército lleva a cabo frecuentes operaciones contra la insurgencia talibán en las zonas tribales, aunque por el momento es renuente a lanzar una ofensiva en uno de sus principales bastiones, la demarcación de Waziristán del Norte, tal y como desea EEUU.
Los integristas protagonizan ataques contra las fuerzas de seguridad, civiles y las milicias tribales formadas para combatir su influencia.
Según un informe del Instituto de Pakistán para Estudios de Paz (PIPS), en 2010 se registraron un total de 2.113 ataques insurgentes, terroristas o de corte sectario, que acabaron con la vida de 2.913 personas y dejaron heridas a otras 5.824
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