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domingo, 6 de febrero de 2011

Julio Anguita denuncia de nuevo la traición de CC.OO. y UGT


Recordemos que el ex líder de IU Julio Anguita ya había acusado a los sindicatos, especialmente a CC.OO. y UGT, de ser "un apéndice del Estado" y de constituir una "cadena de transmisión" de las políticas que han llevado a cabo los distintos gobiernos.


Ahora, una vez más, Anguita ha denunciado la traición de los sindicatos a sus bases y los ha acusado de haberse incorporado al Estado, refiriéndose a que, a cambio de dinero y privilegios, secundan las políticas del gobierno de turno, anteponiéndolas a los intereses de los trabajadores a los que dicen defender.

Anguita ha dado en la diana, quizás porque ahora tiene la edad y la independencia suficiente para decir la verdad, sin tener que someterla, como en el pasado, a los intereses propios y de su partido.

Los sindicatos han vendido su independencia, su libertad y hasta el sentido de su existencia, que es la defensa de los trabajadores, y se han sometido al gobierno a cambio de dinero abundante y de privilegios, lo que constituye una traición en toda regla.

Considerar a los sindicatos, patronal y partidos políticos parte de la sociedad civil es una falacia en España porque realmente forman parte del Estado. Tanto los sindicatos como la patronal y los partidos políticos deberían financiarse exclusivamente con las cuotas de sus miembros, una medida imprescindible para regenerar la podrida democracia española.

Los sindicatos en España son puras "correas de transmisión" del poder de unas élites políticas privilegiadas y alienadas, apalancadas en los partidos políticos y dueñas del Estado.

No son los únicos casos en los que Anguita ha hablado claro sobre el amarillismo sindical. En 2005 Anguita había dicho públicamente que CC.OO. y UGT estaban "dentro del aparato del Estado", y hace unos pocos meses había declarado que los sindicatos mayoritarios "se pusieron ellos mismos el dogal".

Esta valiente y digna actitud contrasta con la de los actuales líderes de PCE-IU, que incluso ahora se niegan a denunciar la traición de los burócratas sindicales.

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