No hay un buen momento para visitar al sobrehumano Barcelona pero sí pocos tan malos como el actual del Atlético de Madrid, en medio de una de sus crisis, a 11 puntos de los puestos de Liga de Campeones, con sus mejores futbolistas recibiendo ofertas y la afición ya segura de que los dos títulos de 2010 fueron fiestas puntuales, no un punto de inflexión. Dos goles de Messi antes de que se cumpliera la primera media hora de juego desengañaron a los pocos optimistas, atléticos o madridistas que esperan la 'tradicional' ayuda de los vecinos. Este año no. [Narración y estadísticas: 3-0]
Con este triunfo, el Barcelona establece un nuevo récord en la Liga. Nadie había logrado nunca ganar 16 partidos consecutivos. El mejor registro hasta este sábado era el del Real Madrid de la temporada 1960-1961, que encadenó 15. Aquel equipo legendario, en el que jugaban tipos como Di Stéfano o Gento, cede su lugar a otro que aún no ha alcanzado su techo. Día a día, el Barcelona de Messi hace aún más grande el lugar que algún día ocupará en la historia del fútbol.
Quique Sánchez Flores intentó lo mismo que los anteriores 15 entrenadores que se enfrentaron al Barcelona en esta competición: no encajar un gol, o al menos tardar en hacerlo. El técnico renunció a jugar con dos delanteros para reforzar el centro del campo. El sacrificado fue Diego Forlán. La entrada en lugar del uruguayo de Fran Mérida no logró que se igualaran las fuerzas en la medular, donde, como casi siempre, se impuso el toque -y la presión cuando tocaba- de Busquets, Xavi e Iniesta.
La otra novedad en el 'once' atlético fue la presencia de Antonio López y Filipe Luis en la banda izquierda. Guardiola, por su parte, puso sobre el césped lo mejor de lo mejor. La ausencia de Puyol por lesión fue cubierta por Abidal. También el Barça jugó con dos laterales izquierdos.
No comenzó mal la cosa para el Atlético de Madrid. También es verdad que el nivel del listón, en lo que a que vayan las cosas bien en el Camp Nou se refiere, está por los suelos. Messi, muy marcado en la derecha, buscó en el centro su sitio, donde siempre que recibió entre líneas creó peligro. Realmente, recibiera donde recibiera fue casi imposible de parar. En una jugada sin aparente peligro desde su lugar de partida natural nació el primer gol. El argentino fue ganando terreno de fuera hacia dentro y golpeó con la zurda al primer palo. Un bloqueo de Assunçao a Filipe hizo mucho más sencilla la tarea.
Asumió el tanto con normalidad el Atlético. Como si lo esperara. Tampoco con el segundo gol, también de Messi, 'ayudado' en este caso por un pseudo-despeje de Antonio López, cambió gran cosa la mentalidad de los visitante. La premisa siguió siendo defender bien juntitos y buscar al 'Kun' Agüero. Sólo recibió un balón en condiciones el argentino dentro del área y fue la única vez que Víctor Valdés se vio amenazado en los 45 minutos iniciales.
Dos acciones, una justo antes del descanso y otra poco después de la reanudación, pudieron cambiar el partido. En la primera, Daniel Alves debió ser expulsado por su entrada a Agüero. La segunda fue el cabezazo bajo palos de Piqué que evitó el tanto de Filipe, ya con Forlán en el terreno de juego. Como ante este Barcelona jugar con muchos jugadores de corte defensivo no garantiza no encajar una goleada, sumar un delantero más al menos aumentaría las posibilidades de hacer un tanto.
El Barcelona sufrió algo más en defensa con el uruguayo pero siguió funcionando como un reloj cuando tenía el balón. De Gea salvó a su equipo de la goleada pero poco pudo hacer cuando Godín, después de un rechace del guardameta, en otro fallo imperdonable, permitió a Messi hacer su tercer gol, con el que supera a Cristiano Ronaldo al frente de la clasificación de goleadores.
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