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jueves, 3 de febrero de 2011

El referéndum de Sudán desde una óptica socialista

Ha tenido lugar un referéndum en el sur de Sudán para preguntar a sus habitantes si quieren formar un estado separado del norte del país africano. El activista sudanés Osama Zumam habló al Socialist Worker sobre la situación en el país y cuáles serían las consecuencias de la secesión para la gente corriente. Osama viene del oeste de Sudán. Ha sido activista en la capital del país, Jartum. En la actualidad vive en Leeds.

Las encuestas muestran que la mayoría de la población del sur de Sudán votará a favor de la creación de un nuevo estado. Si se respalda la separación, la parte meridional será un país independiente en julio de este año.

Sudán ha sido atormentando durante décadas por guerras civiles. Los Estados Unidos apoyaron el acuerdo de paz completo que acabó con los enfrentamientos en 2005 y sentó las bases del actual referéndum. Osama afirma:“Los Estados Unidos por motivos estratégicos quieren que el sur de separe. Los americanos quieren parar la creciente influencia de los chinos a lo largo y ancho de África”.

China controla las dos terceras partes de la industria petrolera sudanesa, la tercera mayor en el África subsahariana. Los Estados Unidos apoyan la creación de un nuevo estado en el sur para aumentar su influencia en el territorio.

Mientras gran parte del petróleo es extraído en el sur del país, para ser refinado y exportado es llevado a la costa. El principal puerto del país, Port Sudan, se encuentra en la costa del Mar Rojo, manteniendo la zona norte el control del crudo. Las fronteras exactas que tendría el nuevo estado están por decidir, por lo que el gobierno actual tiene margen para maniobrar, también para el control de los recursos acuíferos.

El presidente Omar al-Bashir, que se mantiene en el poder desde que un golpe de estado le aupó al mismo, sería uno de los causantes de que el sur se separara, privando al norte del control de casi del 80 % de la producción de petróleo del país.

El gobierno no está conforme por lo que podría suponer perder la producción del petróleo del sur del país. Pero podrían estar conformes porque se acabaría con el status del país como estado paria, acusado por Estados Unidos de ser al mismo tiempo un estado patrocinador del terrorismo y de ejercer una política genocida en Darfur.

Presión

Osama dice: “Los poderes imperiales están contentos con el presidente al-Bashir en la actualidad. Puedes escuchar las estupideces que dicen los medios acerca de la presión que ejercen sobre él. El país firmó un nuevo contrato sobre venta de armas con ellos hace dos meses. Los franceses se muestran contrarios al Movimiento de Liberación de Sudán, una organización que representa un problema para Bashir”. Añadió: “El gobierno de Jartum quiere estar dominado por el norte musulmán con un estado islámico y deshacerse del sur. Los líderes del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA), que lideran el sur, aceptan la economía neoliberal. Cuando fue suscrito el acuerdo de paz, el SPLA hizo un acuerdo con Blackwater para renovar su armamento. Blackwater cuenta con su propia base militar en el sur”. Blackwater es una compañía mercenaria estadounidense, notoria por su actividad en Iraq durante la ocupación angloamericana del país asiático.

“Desde un punto de vista marxista no podemos oponernos a la demandas de un pueblo por su libre autodeterminación”, dice Osama. “Pero es probable que las clases populares en el sur no salgan beneficiadas como esperan. Es la clase dominante la que se beneficiará de esta división. Los intereses petrolíferos están fomentando el combate entre nómadas y granjeros, similar a lo que pasó en Darfur. Aparecen otros problemas con el referéndum, como es el caso del área productora de petróleo de Abyei, situada entre el norte y el sur, en la que la votación del referéndum se ha pospuesto indefinidamente. Se han producido numerosos actos violentos durante el período de votación. Sólo en el primer día murieron 33 personas en los enfrentamientos. Asimismo, la gente se enfrenta a un aumento de los precios. Los precios del petróleo se han elevado un 30 % recientemente. El alivio fiscal sobre el queroseno ha sido reducido. El precio de la harina se ha duplicado. El gobierno de Jartum justificó la imposición de las medidas de austeridad diciendo que los ingresos por petróleo se colapsarán si el país se divide en dos como resultado del referéndum”.

Petróleo

“Pero la realidad es que el gobierno ha rechazado dar explicaciones de la cantidad de dinero que obtiene por el petróleo extraído a lo largo de su territorio. No existen estadísticas dignas de confianza. Esto ha causado problemas en el acuerdo de paz, debido a que nadie sabe la proporción de ingresos que debe dedicarse a la reconstrucción del sur. El gobierno usa la promesa del dinero del petróleo para sus objetivos políticos.

Osama se muestra perspicaz al exponer que la conformación social de Sudán es compleja. “Aunque es verdad que el norte es musulmán y el sur no, existen enormes diferencias culturales dentro de los dos sitios. El gobierno del norte pretende imponer la sharia (ley islámica), pero esa interpretación del Islam va contra la cultura de muchos de los musulmanes que viven en el norte. En el sur también existe un gran problema debido a la divisiones étnicas. Existen tres grandes tribus y los Dinkas son de largo la mayoritaria. La gente de otros grupos étnicos está preocupada de que los Dinka puedan llegar a ser los que controlen el poder. Existen todavía muchos refugiados en campos cercanos a Kenia. El SPLA es muy corrupto. Mientras que el gobierno de Jartum es muy represivo en las áreas que controla, en el sur tampoco existe un gobierno que se preocupe por mejorar la vida de sus ciudadanos y ciudadanas. Eso está llevando a mucha gente del sur hacia el norte. Muchos sureños están emigrando a trabajar a ciudades del norte como Jartum”.

Osama explica: “La vida de los sureños en el norte no es demasiado buena. Existe una enorme discriminación. En general los lugareños no se socializan con los sureños, pero no se producen ataques por motivos raciales. En Barnsley se pudo leer que personas de origen asiático han sido atacadas por la calle o las ventanas de sus casas o establecimientos han sido rotas. Nada que se le parezca ocurre en Jartum. El Partido Comunista de Sudán ha llamado a la unidad de los trabajadores después de la separación y eso es algo positivo. El problema en ambos lados es la tribalización cultural de la política. La solución real no es esperar una evolución en el régimen de Bashir o en el del SPLA, sino derrocarlos. Si las cosas siguen como están, el retorno de las luchas es posible”.

“Mucha gente dice: seguro que no existe alternativa a la separación. Pero una huelga general y/o una sublevación pueden unir a la gente. Y esto no es una fantasía. Mira lo que está pasando en Túnez y Argelia. El pueblo de Sudán está viendo esto.

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