Las cesiones de dinero llevaban escrito el motivo "préstamo a fondo perdido", que es el mismo que figura en las transferencias de esa misma cuenta halladas ahora por la Fiscalía de Milán a nombre de la corista Alessandra Sorcinelli, una de las protagonistas del caso Ruby.
La investigación del diario de la patronal, Confindustria, ha descubierto además que tres colaboradores de Berlusconi iban personalmente al banco de Segrate (Milán) para retirar fondos, siempre en lunes y viernes, un par de veces al mes.
Las sumas eran ingentes: entre 300.000 y 500.000 euros por visita, de media 800.000 euros mensuales, 10 millones al año. El extracto de la cuenta de Berlusconi, afirma el diario económico de Milán, oscilaba entre un mínimo de diez millones y un máximo de 80 millones.
El contable de Berlusconi, Giuseppe Spinelli; un dirigente de Mediaset llamado Giuseppino Scabini, y Salvatore Sciascia, responsable de los servicios fiscales de la empresa, condenado por el caso de las comisiones a la Policía Financiera, y desde 2008 senador del PDL, "acudían a la sucursal con cheques firmados por Berlusconi, bajaban al sótano y se llevaban el dinero en metálico metido en los bolsillos y la ropa. Salían forrados de billetes. Los maletines estaban prohibidos", cuenta Il Sole.
El reportaje recuerda que las fiestas investigadas por la Fiscalía se celebraban habitualmente los fines de semana, y que los lunes es el día en que Berlusconi recibe en Arcore a sus aliados de la Liga del Norte. La afirmación sugiere que Berlusconi usa esa cuenta para financiar no solo sus animadas fiestas sino también los actos políticos. "Un día, alguien le preguntó al chófer de Spinelli: "Para qué sirve ese dinero?". Y contestó: "Para comprar caramelos a las niñas", escribe el diario.
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