Manolo el del Bombo baja la persiana. Tras más de 20 años regentando el popular bar Manolo frente al estadio de Mestalla, donde la afición ha cantado goles del Valencia y de la selección española al son de su bombo, Manuel Cáceres Artesero se ha dado un plazo de no más de un año para chapar el negocio.
La culpa, según él, la nueva ley del tabaco y una reciente normativa del Ayuntamiento de Valencia que le prohíbe emitir partidos de fútbol en los televisores del local mirando hacia la calle.
Desde hace dos décadas, cientos de aficionados (en ocasiones muchos miles) se han concentrado cada fin de semana en la terraza del bar Manolo para seguir los partidos del Valencia o de España. Hace unos meses, la Policía Local le comunicó que el Ayuntamiento le prohibía emitir desde el televisor que el bar tenía ubicado orientado hacia el exterior. Dice la normativa que los restaurantes no podrán "instalar equipos de estas características en su local, que sean visibles o emitan sonidos hacia la vía pública".
La situación del bar de Manolo el del Bombo es idéntica a la del resto de locales de la zona. Y la amenaza son 1.500 euros de multa y la retirada de la licencia de actividad por reincidencia. Manolo se ha cansado de pelear. "No voy a cerrar ya, pero quizás en seis meses o un año. No puedo mantenerlo en estas condiciones", reconoce Manolo a ELMUNDO.es.
El popular personaje explica que invierte cada mes cerca de 6.000 euros en su local y ha estimado que tras las perdidas provocadas por la nueva ley del tabaco que prohíbe fumar dentro del bar y la retirada de los televisores sus beneficios caerán alrededor de 3.000 cada mes. "Yo no quiero ganar dinero, sólo quiero divertirme, pero así es imposible. Cuando me iba con España, abría el bar y al menos cubría los gastos, pero ahora no puedo", explica.
Manolo el del Bombo critica a Gobierno central y Ayuntamiento a partes iguales. No le ha gustado nada la ley del tabaco porque "el que antes se tomaba tres o cuatro cervecitas ahora se toma una y se va" y critica la normativa de los televisores porque "después de 21 años manteniendo el bar, me obligan a que me vaya". "Con la crisis que hay y encima nos hacen cerrar negocios", denuncia.
A Manolo, de momento, sólo le queda la Selección. "Traspasaré el bar pero a España no voy a renunciar. Seguiré viajando, pero ahora cobraré por cada foto que se hagan conmigo", bromea. "Siempre dije que me dejaría fotografiar hasta que me jubilase y se me acabase el dinero"
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